Alberto Gómez, cuando habla, mira a los ojos. Pestañea poco, sostiene la mirada. No duda. El ex comisario de Pinamar está seguro: de él, de su historia, de su autoproclamada inocencia. Eso, contra la tonelada de pruebas y testimonios que evidencian que liberó la zona para el asesinato de José Luis Cabezas, es lo que quiere demostrar. Cada tanto, cuando alguna pregunta lo incomoda, se rasca el bigote blanco y mira al horizonte. “No me acuerdo, pasó mucho tiempo”, va a decir una infinidad de veces a lo largo de la nota. Es la primera entrevista que da en veinte años, dos décadas desde el asesinato del fotógrafo de este medio, de los cuales sólo pasó nueve en prisión. Como si fuera una desgarradora ironía, “La Liebre” vuelve a cruzarse con NOTICIAS, esta vez desde la tranquera de su casa, con sus nietos correteando por el patio y con un discurso estudiado. Pero cuando Gómez habla, haciéndose pasar por una víctima más, poniéndose en un personaje que no le sale, nombrando a Cabezas por su nombre de pila, da la sensación de que el tiempo no pasó y la tragedia aparece de nuevo, más viva que nunca.
Noticias: ¿Liberó la zona?
Gómez: Sé que soy inocente: mi consciencia está tranquila y vivo tranquilo. Estuve nueve años y medio detenido injustamente. No cometí ningún delito.
Noticias: Muchos testimonios lo incriminan. Su casero, Omar Pareda…
Gómez: (interrumpe) Nunca tuve casero. Él jugaba a las bochas con mi padre.
Noticias: Pareda mostró una tarjeta de puño y letra que Yabrán le envió a usted y que fue validada como auténtica por la Justicia.
Gómez: ¿Usted sabe las tarjetas que me mandaban todos los años? Mi hija las guardaba.
Noticias: Pareda testimonió también su relación con Gregorio Ríos, jefe de la custodia de Yabrán, su mano derecha y el hombre que fue el nexo entre el empresario y la banda de “Los Hornos” y los policías.
Gómez: Pareda venía a mi casa. Habrá escuchado algún comentario, pero nada más. Yo lamenté más que nadie la muerte de ese muchacho.
Noticias: Pareda dijo que usted le dijo a él que “no sabía qué había hecho para que Yabrán lo quisiera tanto”
Gómez: No tenía relación con Yabrán.
Noticias: ¿A Yabrán lo conocía?
Gómez: No lo alcancé a conocer. Una vez lo hice procesar, un sumario que hice junto al personal de Telefe cuando les dijo que les iba a pegar.
Noticias: ¿Nunca lo conoció?
Gómez: No.
Noticias: Qué raro. En el juicio usted dijo que lo conocía a Yabrán.
Gómez: (tartamudea) No, no, no me acuerdo lo que dije, no, creo que dije que no.
Noticias: Dijo que “lo conocía de saludarlo cuando empezaba y terminaba cada temporada”.
Gómez: Si lo dije no me acuerdo. Trabajé 28 años en la fuerza y en todos los lugares donde estuve siempre fui reconocido por no cometer ningún delito. Menos por matar a alguien.
Noticias: Usted le dijo a periodistas de La Nación, días después del crimen, que NOTICIAS había tenido algo que ver con el asesinato, para “vender más ejemplares”. ¿Sigue pensando igual?
Gómez: No me acuerdo que haya dicho eso.
Noticias: Es un comentario como para acordárselo.
Gómez: Pero… veinte años después… ¿Sabe lo que yo sufrí en la cárcel?
Noticias: ¿Qué sufrió?
Gómez: De todo. Muchos detenidos que estaban en el penal de Dolores, estaban ahí por mí. Era una relación muy difícil.
Noticias: A Cristina Cabezas le dijo que no podía ir a identificar el cuerpo de su marido porque, y cito textual: “De tu esposo no quedó nada, nena. Está todo quemado”. ¿Le parece bien esa manera de manejarse?
Gómez: Puede ser que lo haya dicho. Pasaron veinte años. No me acuerdo.
Noticias: Sorprende que usted diga que no tiene nada que ver cuando hay tantos testimonios, entrecruzamiento de llamadas…
Gómez: (interrumpe) ¿Qué llamadas?
Noticias: Entre usted y Ríos, por ejemplo.
Gómez: Jamás. A Ríos lo conocía pero no tenía ninguna relación. Él venía a la comisaría cuando llegaba a Pinamar.
Noticias: ¿Cómo explica que la comisaría nunca mandó móviles a la fiesta de Oscar Andreani –donde lo secuestraron a Cabezas–, a pesar de que recibieron dos llamadas pidiendo auxilio?
Gómez: ¿Están detenidos los que la recibieron? Yo no estaba. El comisario tiene que estar hasta las 10 de la noche. La jefatura puso un subcomisario, él estaba a cargo. Yo estuve nueve años preso y el subcomisario sigue trabajando. ¡Yo estaba durmiendo! ¿Quién recibió las llamadas? Nadie sabe. Dejaron prescribir esa causa, porque si no me salvaban.
Noticias: Adrián Plescia, casero de Yabrán, dijo que usted visitaba al empresario en su casa.
Gómez: No, no. Ese señor fue, eh, (tartamudea) yo lo llevé… (tartamudea de nuevo) la señora se descompuso, no me lo olvido jamás, (se traba) porque yo lo tuve, me lo preguntaron esto. La llevé al hospital a la señora porque se descompuso y ahí me enteré de que era el casero de Yabrán. Si hubiera ido a la casa de Yabrán a visitarlo me hubieran fotografiado ustedes.
Noticias: Hay decenas de llamados que lo cruzan a usted con Ríos antes y después del asesinato. ¿Cómo lo explica?
Gómez: (Silencio) Está explicado en la causa.
Noticias: ¿Lo podría repetir?
Gómez: No me acuerdo, pasaron veinte años. ¿Usted sabe todas las llamadas que había en la comisaría?
Noticias: Pero entre ustedes se comunicaban con el teléfono personal. ¿Cómo lo explica?
Gómez: No me acuerdo que haya llamado a Ríos. He perdido toda mi memoria en estos años. Habría que ver qué declaré yo en su momento.
Noticias: ¿Pero cómo lo explica hoy?
Gómez: No me acuerdo qué declaré. Mi amigo, cómo le voy a explicar algo que no me acuerdo. (Levanta la voz) No me acuerdo.
Noticias: No queda claro qué relación tenía con Ríos.
Gómez: No, no (tartamudea), no me acuerdo. Ya está, sinceramente no me acuerdo. Pero con Ríos tenía una relación normal, como con cualquier vecino de Pinamar.
Noticias: ¿A todos los vecinos los llamaba tanto al celular?
Gómez: ¿Sabe la gente que llamé? ¿Sabe la gente que me llamaba?
Noticias: Luna y Camaratta, los otros dos policías que participaron del crimen, sí trabajaban a sus órdenes.
Noticias: También. Yo no, no, no… no vi nada anormal que hicieran en su momento. Si lo hubiera visto los hubiera echado. Me dolió lo que hicieron. (Gustavo) Prellezo (NdR: el policía de la localidad, autor material del asesinato, que actuó bajo las órdenes de Ríos, su contacto con Yabrán) ni trabajaba conmigo, se fue a Mar de Ajó porque lo eché. Lo que él hacía, conmigo no funcionaba, no me gustó.
Noticias: ¿Qué era lo que no le gustaba?
Gómez: No lo voy a contar. Son cosas de trabajo. (Se enoja) Ya le di la entrevista. ¿Usted sabe que en veinte años jamás di una entrevista? Ya está.
Noticias: Lo que usted dice claramente no es verdad.
Gómez: Sé que soy inocente. ¿Para qué voy a mentir?
Noticias: Para que no piensen que es un asesino.
Gómez: No soy un asesino.
Noticias: ¿Cómo explica que la Justicia lo haya encerrado?
Gómez: Yo… yo sé que no cometí ningún delito.
Noticias: ¿Hubo una operación contra usted?
Gómez: No sé. A lo mejor habré tocado algo que no tendría que haber tocado y fui preso.
Noticias: ¿Qué cosa tocó? ¿La Policía?
Gómez: A la Policía la adoro. No tuvo nada que ver.
Noticias: ¿Entonces es una víctima?
Gómez: Sí, soy una víctima.
Noticias: A más de uno le va a resultar irónica esa declaración.
Gómez: No soy irónico: le digo lo que siento. ¿Sabe lo que es estar sufriendo nueve años, tirado en una cárcel, por algo que no hice?
Noticias: ¿De qué se arrepiente?
Gómez: Lástima que no me enteré lo que iban a hacer. Si me entero los meto presos antes de que lo asesinen, y hoy José Luis estaría vivo. Es una lástima que ocurriera lo que ocurrió.
Noticias: ¿No recibió dinero de la familia Yabrán estando detenido?
Gómez: Jamás. Mi mujer no me pudo ir a visitar durante diez meses porque no tenía plata para viajar.
Noticias: ¿Qué le diría a la familia Cabezas?
Gómez: Lo mismo que le dije a usted. Me puso mal cuando me di cuenta a quién habían matado. Es difícil.
Noticias: Cuando no puede explicar algo dice que no se acuerda.
Gómez: (largo silencio)
Noticias: ¿No le parece extraño eso?
“Bueno amigo, la verdad he cumplido. Luego de veinte años di una entrevista. Chau”. Gómez invita, por segunda vez, a NOTICIAS a retirarse. Retrocede de la tranquera y vuelve de espaldas a su casa, diciendo que “no es raro” que no se acuerde de lo que no le conviene y que no puede explicar. Lo repitió como un loro a lo largo de la entrevista. Tiene, quizás, la vaga esperanza de que si él deja de recordar, la sociedad lo acompañe en su amnesia impostada. Pero nadie se olvida. Ni de él ni de lo que hizo. Y menos se olvidan de Cabezas.
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