A pesar de que a José Luis Cabezas lo secuestraron en Pinamar, fue en General Madariaga donde tuvo lugar el crimen y, donde veinte años después del asesinato, vive uno de los policías condenados: Aníbal Luna. El ex uniformado continúa al día de hoy cumpliendo su condena a reclusión perpetua aunque bajo un régimen especial que le permite salir del penal 72 horas por semana. Sin embargo, los vecinos y hasta el propio intendente de la localidad afirman que el hombre vive en libertad.
Un equipo de NOTICIAS llegó hasta General Madariaga donde encontró a Luna y pudo fotografiarlo. Lejos de esconderse, el condenado miró a la cámara y sonrió. Aunque la Justicia comprobó que él participó en la inteligencia y el seguimiento de José Luis Cabezas y Gabriel Michi en los días previos al crimen, el ex policía se mueve libremente por la ciudad.
En General Madariaga muchos de los vecinos lo rechazan y el propio intendente, Esteban Santoro, denuncia que el ex oficial no cumple con el régimen carcelario. “Tiene que haber un escarnio social contra Luna, mostrarle que los vecinos de Madariaga no están de acuerdo con que viva acá”, dice Santoro, que es parte del universo Cambiemos.
Noticias: ¿Cómo es la relación con Luna?
Santoro: He instado a los vecinos para que no lo saludemos y para que no lo consideremos un vecino. En el caso mío y de mi familia lo cumplimos a rajatabla, sobre todo porque la casa de mis padres está a cuatro casas de la suya. En el 2006, cuando llegó Luna a Madariaga, insté y logré, desde mi lugar de concejal, declararlo persona no grata en el municipio, algo que se mantiene hasta el día de hoy.
Noticias: La Justicia le autorizó a Luna 72 horas semanales de libertad. ¿Se cumple?
Santoro: De ninguna manera. Lo cruzo constantemente en la calle. Está libre todos los días y trabaja en un comercio de venta de artículos de limpieza. Pero si no hay justicia penal, por lo menos tiene que haber justicia social.
Luego de la publicación de esta nota, en la última edición de la revista, a Luna y a su familia se la dejó de ver en Madariaga. Los vecinos aseguran que desde hace varios días nadie pasa por la casa. Los diarios y las cartas se acumulan en la puerta.
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