***1/2 Lo de Liam Neeson es algo bastante extraño: un tipo que se convierte en héroe de acción en el otoño de su carrera, y lo hace bien. Encontró un nicho (y de todas formas trabaja en otros campos e incluso ejerce el humor de tanto en tanto) y parece estar cómodo allí.
Las películas son casi siempre iguales: un tipo con habilidades impresionantes las mantiene “dormidas” hasta que le sucede algo trágico y va en busca de justicia y venganza. Algunas están mejor hechas que otras (especialmente las de Jaume Collet-Serra, especialmente esa joya melancólica que es "Una noche para sobrevivir") pero tienen todas una virtud: son creíbles.
Las hace creíbles Neeson, un tipo tallado en piedra, con mirada triste y manos duras que impone presencia en la pantalla. Aquí es un señor que maneja una pala mecánica, le matan al hijo en un lío de carteles de droga, y sale en busca de –adivinó– justicia y venganza. Hay momentos de locura hilarante –aunque no es el fin de la película– que demuestran que los realizadores saben cuál es el juego. Y si bien la trama no excede la complejidad de un episodio televisivo de serie policial, en las secuencias de acción los tiros suenan como tiros verdaderos, el peligro parece real y sentimos empatía por los personajes.
Una dignísima clase B, un cine que respeta la regla de entretener con un cuento de modo noble, algo cada vez menos frecuente. Neeson interpreta personajes sobrevivientes porque él mismo, y el cine en el que vive, es también una especie en extinción.
(Reino Unido, 2019, 118') Suspenso. Dirección: Hans Peter Molland. Con Liam Neeson, Laura Dern, Michael Richardson, Michael Eklund. Apta para mayores de 16 años.
por Leonardo D’Espósito
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