Sólo un homenaje a Raúl Alfonsín podía reunir en un auditorio a figuras tan eclécticas. A pocos meses de la elección presidencial, dirigentes del oficialismo y la oposición se encontraron en la cúpula del Centro Cultural Kirchner, convocados por NOTICIAS (en su 30° aniversario), para recordar al padre de la democracia, a una década de su fallecimiento, y presentar un documental y un libro que bucean por su archivo personal y confidencial.
“Alfonsín era el único que podía convocar este auditorio que supera la grieta”, comenzó su alocución el CEO de Perfil Network y cofundador de NOTICIAS, Jorge Fontevecchia. Su mensaje había sido utilizado como una broma recurrente a lo largo de la tarde del miércoles 3, en cada saludo entre dirigentes de diferentes fuerzas políticas. Daniel Scioli yendo a buscar a Roberto Lavagna. Rogelio Frigerio dialogando con Miguel Lifschitz y Ricardo Alfonsín intercambiando pareceres con Pablo Avelluto. Imágenes que se cargan de significado con la elección presidencial a la vuelta de la esquina. Empresarios, periodistas y actores sociales fueron testigos privilegiados de las conversaciones de alto voltaje que se produjeron en la cúpula del CCK.
“Yo les voy a contar mi historia con Alfonsín”, inició su alocución Fontevecchia. “Mi Alfonsín, porque cada uno debe tener el suyo. Yo tengo a la persona que me aconsejó que no se publicara la primera tapa sobre (Alfredo) Astiz cuando no se sabía quién era. Me acuerdo la frase que me dijo: ‘Hijo, no publique eso que lo necesitamos vivo para la democracia’”, completó.
Sería apenas el primero de una serie de discursos de dirigentes de distintos ámbitos, luego de ver el trailer del documental que se emitirá por Telefé al término del programa “Podemos Hablar”, el sábado 6 por la noche (el libro saldrá el jueves 11). Luego de Fontevecchia hablaron Ricardo Alfonsín, hijo del ex presidente y ex diputado; Miguel Lifschitz, gobernador de Santa Fe; Horacio Rosatti, ministro de la Corte Suprema; y Avelluto, secretario de Cultura de la Nación.
“Creo que el último trabajo rentado de Alfonsín fue como periodista en la revista NOTICIAS. Escribió un panorama político por un año. Me parece que es el padre del periodismo que conocemos actualmente: no solamente el padre de la democracia, sino también del periodismo crítico, independiente y de investigación”, dijo Fontevecchia.
Ricardo Alfonsín, el hijo del homenajeado, recordó el aspecto más íntimo del ex presidente: “Si pudiera decirme algo, diría: ‘no te olvides de aclarar que este reconocimiento es al conjunto de la sociedad’. El pueblo argentino hizo lo que tenía que hacer en una época muy difícil”. Y luego destacó “la calma con la que vivía momentos sumamente complejos. Lo digo porque se cree que era un hombre chinchudo”.
Tal como Ricardo, el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, reconoció sus grandes acciones, como el juicio a las juntas militares: “Hoy sigue siendo un proceso ejemplar que no tiene antecedentes en ninguna parte del mundo y que es un ejemplo de coraje”.
“Raúl Alfonsín nos aconsejaría a todos a deponer las armas, sentarnos alrededor de una mesa para discutir ideas y no discutir nombres propios. Nos invitaría a ponernos de acuerdo para salvar el país y construir el futuro”, concluyó el gobernador, que es uno de los principales armadores del espacio de Roberto Lavagna, en la tercera vía que intenta ganar un lugar entre Macri y Cristina Kirchner.
Saludos. El cóctel inicial del evento, que contó con la organización de la consultora Verbo Comunicación, sirvió para que se dieran encuentros curiosos y charlas animadas entre dirigentes de distintos espacios. En un momento caliente en la interna de Cambiemos, Frigerio, Avelluto y Federico Pinedo se cruzaron con los radicales Sanz, Alfonsín y Daniel Salvador.
El ingreso a la cúpula del CCK sirvió de lugar de encuentro para una ronda espontánea entre Lifschitz, Frigerio y Fontevecchia, entre otros, que debatían sobre la recurrencia de los problemas argentinos. “Los inconvenientes de los que hablaba Alfonsín son los mismos de los que estamos hablando ahora”, decían a viva voz.
Los recuerdos sobre el ex presidente se mezclaban con la coyuntura, en las charlas previas al evento. El ex senador Ernesto Sanz era el más buscado para saber qué pasará con el radicalismo. “Lo de la vicepresidencia está muy verde”, decía cuando le pedían información sobre la posibilidad de que su partido acompañe a Mauricio Macri en la fórmula presidencial. Y cuando lo apuraban aún más, salía del paso con alguna broma: “No tengo idea, yo soy comunista”, decía entre risas.
Una situación más tensa se dio cuando el ex gobernador Daniel Scioli fue a saludar al economista Roberto Lavagna, uno de los más fotografiados de la noche. El escurridizo dirigente, quien suele zafar con habilidad de los lugares en los que no cree conveniente estar, quedó acorralado. Conversó y luego accedió a una foto, siempre conservando una prudente distancia y hasta dando pequeños pasos para atrás.
Anécdotas. Tras los discursos de Fontevecchia, Alfonsín hijo y Lifschitz, Horacio Rosatti contó cómo conoció al padre de la democracia en la Convención Constituyente de 1994. “Tuve la enorme fortuna de conversar y debatir en largas tertulias durante esos tres meses de intenso trabajo”. Lo encontraba en el primer piso de su despacho de la Universidad Nacional del Litoral o en el hotel de tres estrellas donde se alojaba. “Alfonsín no sólo conducía al radicalismo, sino que aconsejaba a los otros bloques. Lo digo con conocimiento de causa. Y en varias oportunidades salvó a la Convención”, contó el ministro de la Corte, quien reveló además que en su escritorio tiene una foto junto al ex presidente. Él, que fue intendente de Santa Fe por el peronismo. “Una vez un periodista me dijo: qué raro, una foto con un radical. Y yo pensé que Alfonsin está en otro lugar, trasciende al radicalismo”, sentenció.
Para finalizar, Rosatti dijo: “Fue un presidente que miraba a lo lejos. Hoy hay regodeo por la existencia de la grieta, pero Alfonsín quiso superar las antinomias a través del consenso. Que lo cortés no quite lo valiente”.
El último en dar su discurso fue el secretario de Cultura, Pablo Avelluto: “Le temo al bronce. Al Alfonsín que parece de Billiken. Yo rescato que fue el primer presidente humano que tuvimos”, marcó el ex periodista y editor. Y completó: “Enfrentó limitaciones tremendas. Con militares, sindicalistas, curas que lo insultaban en los púlpitos. Y los periodistas que lo trataban con una severidad que no habían tenido con los militares”.
El funcionario destacó sus alegrías, pero también sus enojos con el ex presidente. “Una vez pude entrar a la casa de Alfonsín. Tenía una biblioteca enorme. Con libros muy leídos. Como trabajé muchos años como editor, sé darme cuenta de esas cosas. Tenía devoción por los intelectuales”. Y concluyó: “La memoria del Alfonsín humano es fundamental: el divorcio, la patria potestad compartida, el fin de la censura en el cine, la modernización de nuestro periodismo, son méritos de Alfonsín que quedaron en la historia”.
A pocos metros del secretario de Cultura estaba sentado Jesús Rodríguez, quien fuera ministro de Alfonsín. La lluvia de aplausos por el final del evento generó en él una sensación especial. “Qué grandes discursos”, dijo. Y cuando fue consultado por este cronista, apenas tuvo palabras para describir la situación: “¿Cómo me voy a sentir?”, dijo con el pecho inflado de orgullo y una emoción compartida con el resto de los asistentes al evento de NOTICIAS, días después de cumplirse una década del fallecimiento del padre de la democracia.
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