¿Se acuerdan de cuando Patricia Bullrich sonaba como probable vice de Macri? Aunque su lugar lo ocupó Pichetto, finalmente la Ministra terminó siendo clave para la campaña oficialista.
Al filo de la veda electoral que le impide al Gobierno hacer anuncios o inaugurar obras, el ministerio de Seguridad lanzó casi por sorpresa un revival del viejo servicio militar, que terminó trágicamente por el caso Carrasco, hace ya un cuarto de siglo.
En esta ocasión, el invento de Bullrich lleva el nombre de Servicio Cívico Voluntario en Valores, que propone una contención formativa para jóvenes entre 16 y 20 años etiquetados socialmente como NiNis, es decir, que ni trabajan ni estudian. El programa estará a cargo de Gendarmería, una institución elegida en base a las encuestas de imagen, según explicó la propia Ministra, que asegura que esa fuerza está más valorada por la gente que la Iglesia, la política y hasta las instituciones educativas.
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Aunque no está previsto ningún ejercicio militar ni armado, este Servicio Cívico apunta a recuperar -en clave políticamente correcta- la vieja formación en oficios y valores patrióticos que –mal y bien- resaltan los nostálgicos del tradicional servicio militar obligatorio.
Por ahora, se trata de una prueba piloto que empezará en septiembre. Pero su anuncio fue apurado para sumarse a los guiños de reivindicación de la disciplina social y la revalorización de la llamada “familia militar”, que el Gobierno puso en juego para reforzar su relato de polarización anti K. Y Bullrich es la cara de esta movida polémica, que señala el fracaso inclusivo de la educación y del mercado laboral argentino en el siglo XXI.
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La pregunta clave es por qué la nueva propuesta de educación ciudadana y laboral queda en manos de una fuerza de seguridad en lugar de la escuela pública: en todo caso, se impone una revolución educativa que el macrismo nunca pudo o quiso poner en marcha. Un tema alarmante, que merece un debate profundo, más allá de las urgencias electorales.
*Editor ejecutivo de NOTICIAS.
por Silvio Santamarina*
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