El candidato por el Frente de Izquierda-Unidad, Nicolás del Caño, fue quien más esfuerzo hizo por despegarse de la grieta durante el debate presidencial. La estrategia había sido planeada con su equipo de asesores y la utilizó para lanzar críticas tanto para Mauricio Macri como para Alberto Fernández.
En su primera intervención, cuando los candidatos debían posicionarse respecto de la política internacional, Del Caño habló de la crisis en Ecuador y pidió un minuto de silencio por los fallecidos durante las manifestaciones en contra del Gobierno. Aprovechó ese tema, además, para cuestionar a Macri por haber apoyado al ecuatoriano Lenin Moreno.
Las críticas al oficialismo fueron duras, pero no fueron las únicas. "Planteó cuestiones que nadie planteó. Fernández está rodeado de los gobernadores que le dieron, a través de sus legisladores, todas las leyes de ajuste y entrega a este Gobierno. Además, no se puede estar a favor de la educación pública y apostar a un gobernador como el de Chubut, que hambrea a los docentes que están en lucha hace más de dos meses", explicaron a NOTICIAS desde el entorno de Del Caño para explicar los dardos al candidato del Frente por Todos y agregaron: "Macri demostró que no tiene más nada que decir. Hace cuatro años mintió en forma descarada y sigue mintiendo. Estamos muy conformes con el debate".
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A pesar de la satisfacción, desde la izquierda cuestionaron el formato: "Más allá de que Nicolás pudo dar un debate real, nos habíamos opuesto a esta modalidad porque, a diferencia del 2015, cuando todos los candidatos estaban obligados a responder preguntas de otros candidatos, en esta oportunidad muchos pudieron eludir las referencias que les hacían sus adversarios".
por R. N.
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