Con Zulema y Zulemita, así fueron las últimas vacaciones de Menem en Punta del Este

La imagen hablaba por sí sola. Adelante, el ex presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem, avanzaba lentamente hacia el departamento en el que estaban parando, escoltado por sus dos nietos, los hijos de Zulemita. Más atrás, para sorpresa de muchos, caminaba Zulema Yoma, la misma mujer a la que él, a pocos meses de asumir como presidente, le había prohibido su ingreso a la Quinta de Olivos. Junto a ellos, dos custodios y la histórica secretaria familiar, “Marilú” Giovanelli. Todos disfrutaron juntos las últimas vacaciones en Punta del Este el ex presidente de los argentino.

Cinco años habían pasado desde la última vez que el clan Menem iba a descansar en Punta del Este. La familia del ex presidente, que en los 90 fue centro de numerosos escándalos y cuyo máximo representante, Carlos, en los últimos años tuvo que enfrentar numerosos problemas de salud, hasta que falleció (el 14 de febrero del 2021), parecía estar pasando momentos de paz inimaginables. “Los nietos logran cosas inesperadas. Trajeron paz y recuperación de la unión para la imagen familiar en la que quiero que se críen”, afirmaba entonces una sonriente Zulemita, la misma que había convencido a su padre y madre de viajar todos juntos, principalmente, por la preocupación de tener lejos a sus padres.

Los Menem, unidos

Menem venía de un 2018 más que intenso, cargado de reuniones políticas, críticas porque entonces había votado negativo a la ley de aborto legal, festejos porque había sido absuelto en la causa de la venta ilegal de armas, también se había confirmado la condena por el pago de sobresueldos y la operación de urgencia que había puesto en riesgo la vida de Máximo (el hijo que el ex presidente tuvo con Cecilia Bolocco), fueron la clave para que Carlos aceptara la propuesta que le había hecho su hija, Zulemita, y el 7 de enero del 2019, el clan completo viajó a descansar a Punta del Este. Uno de los pocos momentos de relax en el que, de común acuerdo, y quizá por primera vez, habían acordado que nadie hablaría de política.

“No quería venirme con los chicos y quedarme preocupada con ellos (Carlos y Zulema) en Argentina, porque iba a estar todo el tiempo preocupada. Estando todos acá estoy más tranquila”, contó entonces Zulemita. Sucedía que su padre era un hombre con importantes problemas de salud: un cuadro de hipertensión arterial, diabetes, esclerosis y artrosis. Eso en un hombre que tenía casi 90 años complicaba aún más todo, por eso el clan pasó unas vacaciones abocado a cuidarlo y a colaborar para que esas vacaciones del ex presidente sean perfectas y desconectadas.

Todos juntos salían a almorzar o a cenar afuera, aunque Carlos prefería quedarse sentado mirando la gente que pasaba caminando o corriendo por la costanera, o los yates y embarcaciones que entraban y salían del puerto de esa exclusiva ciudad balnearia uruguaya que se inundaba de menemistas en los 90. Justamente NOTICIAS lo fotografió en el momento en el que volvían de almorzar en un histórico restaurante de esa ciudad: Mariskonea, un emblema de la década menemista en Punta que fue derrumbado a principios del 2000 y reinaugurado en 2012.

El ex presidente caminaba encorvado y lento, pero se lo veía lúcido y sonriente. “Parate derecho”, le ordenó entonces el nieto mayor. Carlos lo miró serio y, segundos después, ambos rieron. Con sus nietos compartía la mayor parte del tiempo. “El mayor le prepara la picada, lo reta, se hacen chistes, le toca el piano o el saxo. El más chiquito es su locura, lo vuelve loco, nos vuelve locos a todos”, explicó entonces Zulemita.

Durante varios años, el clan Menem solía alquilar en la Torre Beverly Hills, ubicada en la parada 5 de La Mansa, un espacio con muchos y cómodos amenities, donde los hijos de Zulemita podían divertirse. Pero el verano del 2019 decidieron ir a un departamento bajo, que una vez habían alquilado, principalmente por la tranquilidad y por la practicidad de no tener que subir pisos, ya que el estado su padre comenzaba a marcar el deterioro de los años, potenciados por una ardua y extensa carrera política, por lo cual ya entonces trataba de no moverse mucho.

Si descanso era extremo, al punto que había sido  invitado al partido que River, club del que era fanático, jugaba con Nacional en el estadio de Maldonado, pero no asistió. “Lo visitan amigos de la familia, vamos a cenar a la casa de algunos amigos que nos invitan. Pero cuando se trata de eventos multitudinarios, escapa”, detallaba Zulemita la necesidad de evitar moverse más de lo necesario.

Menem: política y justicia

Menem, el padre de las privatizaciones e identificado por algunos políticos como el “inspirador” del entonces presidente Mauricio Macri, no estaba contento con la gestión de Cambiemos. “Se amarga al ver el estado al que están llevando al país”, sostenían en su entorno. Sin embargo, desde su banca en el Senado, representando a su provincia, La Rioja, acompañó la no aprobación de la ley de aborto legal. Y según sus allegados, lo hizo por sus convicciones y creencia y no porque se lo hayan ordenado así.

Carlos venía teniendo noticias judiciales favorables pero, culminando el 2018, la Cámara de Casación ratificó la pena de cuatro años de prisión en su contra por la causa de pago de sobresueldos. Este fallo, teniendo en cuenta la postura del Senado (con Miguel Ángel Pichetto a la cabeza) frente al pedido de desafuero de Cristina Fernández, difícilmente afectó en ese marco a Menem, porque aún le quedaba el recurso de ir a la Corte.

El 22 de enero de ese año volvió al país y fue en su casa donde “el prócer”, como lo llama su entorno más íntimo, mantuvo las puertas abiertas para todos, incluso para los que le pedía reuniones políticas. Fue allí también donde pasó sus días hasta que, hace dos meses, fue internado por una infección urinaria en el sanatorio Los Arcos, donde falleció la mañana del 14 de febrero del 2021.