★★★1/2 Ya no es ninguna novedad que el cine animado ha alcanzado cotas de perfección técnica y de desarrollo de imágenes notable. Eso se nota en esta lujosa producción de Netflix que, ambientada en un fantástico siglo XVIII narra la constante guerra entre los humanos y los monstruos marinos. Pero como se trata de un film familiar, sabe el lector que habrá una lección. En este caso, un poco siguiendo el tópico (mejor desarrollado, acordemos) en Cómo entrenar a tu dragón, los monstruos pueden ser buenos, son simplemente parte de la Naturaleza y la “guerra” no es más que una cuestión política. Eso le quita méritos a una película que se destaca por las impresionantes secuencias de acción y, sobre todo, por la relación que se establece entre el héroe (gran trabajo vocal de Karl Urban) y la niña protagonista. El espectáculo es buenísimo, la mezcla de aventuras y humor funciona y, por momentos, nos recuerda por qué valía la pena ser niños.
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