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ECONOMíA | 05-11-2017 00:00

Cambiemos todo: reformas tributaria, laboral y previsional

El detalle de las amplias modificaciones que Macri quiere introducir en los impuestos, la ley de contrato de trabajo y las jubilaciones.

Quiénes son los ganadores y perdedores de la triple reforma tributaria, laboral y previsional? A primera vista, los triunfadores serían las empresas y los trabajadores en negro y desocupados, que en teoría tendrían más posibilidades de acceder a empleos en blanco, y los derrotados son los empleados formales, los jubilados y pensionados, los beneficiarios de asignaciones familiares y universales por hijo, los consumidores, los inversores financieros y los abogados laboralistas. Pero más allá de conjeturas veamos punto por punto qué cambiaría si los proyectos de ley que enviará el Gobierno al Congreso no sufren modificaciones:

• Baja de contribuciones patronales: se reduciría paulatinamente del actual 23%/27% del salario al 7,1%/25,5% pero dentro de cinco años. La poda no afectaría los aportes a las obras sociales sino al régimen previsional, aunque se compensaría si se blanquean más empleados. Las contribuciones se pagarían a partir de un mínimo no imponible que sería de 2.400 pesos en 2018 y llegaría a 12.000 en 2022, lo que incentivaría la contratación de trabajadores de salarios bajos. Para contrarrestar la pérdida de ingresos de la Seguridad Social, el aporte excluido de la obra social subiría del 17% al 17,5% en 2018 y alcanzaría 19,5% en 2022.

• Disminución del impuesto a las ganancias a las empresas que las reinviertan: bajaría pero recién en 2019 del 35% al 30% y en 2021, al 25%. La alícuota actual es la más alta entre los países latinoamericanos, mientras que entre los desarrollados sólo Estados Unidos cobra tanto. No se tocó la tasa de Ganancias para las personas con más ingresos, que en la Argentina sigue en 35%, mucho menos que en los países desarrollados, adonde llega hasta 57%. El presidente de la consultora First Capital Group, Miguel Arrigoni, advierte: “Recién en 2021 habrá un fuerte incentivo para invertir y no llevarse la plata”. En cambio, el tributarista César Litvin opina que es una señal para inversiones que se hacen ahora y cuyos beneficios se verán en años. Se establecerían presunciones para impedir distribuciones de utilidades encubiertas, como gastos personales de socios pagados por la sociedad.

• Lucha contra la evasión de empresas: se tomarían medidas para evitar el ocultamiento de ganancias mediante endeudamiento o manipulación de precios de transferencia del comercio exterior.

• Más impuesto a las ganancias para ciertos trabajadores: se eliminarían los tratamientos preferenciales para empleados de la Patagonia y para ingresos extra como gastos de representación, viáticos o bonus. No se bajó el tributo a los empleados en relación de dependencia, pese a las promesas electorales de 2015.

• Más aportes de los trabajadores de mayores ingresos a la Seguridad Social: en la actualidad rige un límite máximo para los empleados que cobran más de 82.000 pesos mensuales, pero se eliminaría.

• Menos impuestos a los autónomos: se duplicarán las deducciones especiales de Ganancias para los trabajadores independientes que facturan más de 700.000 pesos anuales.

• Eliminación del impuesto al cheque: no está claro si regirá de inmediato, pero el 1,2% que ahora pagan en total los que emiten y reciben transferencias bancarias podrán descontarlo de Ganancias, con lo que dejarían de tributarlo. Arrigoni considera que esta rebaja y una eventual del tributo provincial a los ingresos brutos son clave para la inversión.

• ¿Reducción de Ingresos Brutos? Las alícuotas varían del 0% al 8%, pero se aplica a cada componente de la cadena productiva-comercial. La Nación quiere que las provincias lo achiquen a la mitad y retoquen también el impuesto al sello y los que gravan productos de otras provincias, en línea con un fallo de la Corte Suprema de este 1 de noviembre contra las llamadas “aduanas interiores”. Para presionar a los gobernadores, el presidente Mauricio Macri tiene palos, no zanahorias: 1) el posible fallo de la Corte a favor de que el Fondo del Conurbano sea devuelto a la provincia de Buenos Aires y deje de repartirse entre las demás, 2) el 31 de diciembre próximo vence la prórroga de un pacto fiscal de 1993 y si eso ocurre, las provincias deberían reducir Ingresos Brutos al 3% y aplicarlo sólo sobre la venta final de los productos y 3) la amenaza de aplicar la incumplida ley de responsabilidad fiscal de 2004, que impone restricciones más severas que la congelación del gasto corriente (no las obras públicas) que establecería el proyecto de ley que ya pactaron Macri y 22 de los 24 distritos.

• Comenzarían a pagar Ganancias las personas con colocaciones financieras en el país: se tributaría por rentas anuales que superen los 52.000 pesos, por lo que quedarán exentos los pequeños ahorristas. La alícuota sería del 15% para instrumentos en moneda extranjera o indexados. Entre los primeros no se gravarán las rentas fruto de diferencias de cambio y entre los segundos, los derivados de actualizaciones. Para las colocaciones en pesos no indexadas, como los plazos fijos, se aplicaría un 5%. El ahorro en dólares y las inversiones en acciones seguirán exentos.

• Subibaja inmobiliario: se elimina el impuesto a la transferencia de inmuebles (ITI), que no pagaba el que vendía para comprar casa, pero comenzarán a abonar 15% de Ganancias los que tengan más de una propiedad y vendan una.

• Eliminación de impuestos a celulares, televisores y otros productos electrónicos, y perjuicio a la industria de ensamblado de Tierra del Fuego: hasta ahora la producción isleña pagaba 6,5% y la importada, 17%. La gobernadora fueguina, Rosana Bertone, peronista de estrecha relación con el Gobierno, le pidió audiencia a Macri porque teme que se afecte a un sector que genera un cuarto del empleo privado de su provincia.

• Eliminación del tributo a autos y motos de gama media: los coches de 380.000 a 800.000 pesos dejarán de pagar un 10%, lo mismo que las motos de 70.000 a 140.000 pesos.

• Aumento del gravamen a aviones y a barcos de más de 430.000 pesos: la alícuota se incrementaría del 10% al 20%.

• Más cargas a bebidas alcohólicas y gaseosas azucaradas: esta medida ha alarmado a los gobernadores y productores de las provincias de Cuyo y el noroeste donde se elabora azúcar. El whisky, el cognac y otras bebidas blancas tributarían hasta el 29%, en lugar de 20%. El gravamen a la cerveza pasaría del 8% al 17%. Los espumantes, el vino y la sidra, del 0% al 17%. Las gaseosas azucaradas, del 4%/8% al 17%.

• Imposición de IVA a los servicios digitales prestados por empresas del exterior: Netflix, Spotify, Google o Apple son los afectados. Festejan las operadoras de TV por cable y satelital, que pierden clientes a manos de Netflix en una competencia hasta ahora desequilibrada.

• Abaratamiento del despido: en la base de cálculo de la la indemnización se dejaría de contar el aguinaldo, las horas extra, comisiones, premios, compensaciones de gastos y todo otro rubro que no tenga periodicidad mensual. Además se eliminarían las multas a favor del trabajador en negro por incumplimiento en la registración, total o parcial, de su contrato de trabajo y su remuneración.

• Creación de la figura del trabajador autónomo económicamente dependiente, que preste servicios personales para una empresa o persona física en hasta un 80% de sus ingresos anuales. Se lo excluye del régimen del contrato de trabajo y se lo remite a una regulación estatutaria especial, según un análisis elaborador por Guillermo Gianibelli, integrante de la Asociación de Abogados Laboralistas. Esta entidad, que preside Matías Cremonte, advirtió que la reforma “arrasa con la ley de contrato de trabajo”.

• Exclusión del régimen del contrato de trabajo de los “trabajadores independientes y sus trabajadores independientes colaboradores”, que podrán ser hasta cuatro.

• Creación de un banco de horas, que será establecido mediante los convenios colectivos y por el cual el cómputo de la jornada máxima, diaria o semanal, pasa a ser anual, lo que permitirá compensar los excesos de jornada a lo largo de un año y sin pago de recargo por horas extraordinarias.

• Aumento de la jornada diaria, en orden al sistema de cálculo sobre la base de promedios, de 8 a 10 horas, según el análisis de Gianibelli.

• Creación del fondo de cese laboral, que financiará a los empleadores en las indemnizaciones por despido.

• Fomento de las pasantías: creación del Sistema de Prácticas Formativas, que alcanzará a graduados universitarios (hasta un año de expedición del título respectivo) por un año y con una jornada de hasta 30 horas semanales de trabajo. Incorporación de trabajo por vía de la “formación” para jóvenes de hasta 24 años de edad o para desocupados.

• Blanqueo laboral: si se declara a un trabajador no registrado dentro del plazo de 180 días de vigencia de la ley se condonan todas las deudas y se extingue la acción penal. En los siguientes 180 días se pagará sólo 30% de lo debido. A los blanqueados sólo les reconocerán para su jubilación hasta 60 meses de antigüedad al valor del salario mínimo.

• Reforma previsional: las jubilaciones, pensiones y asignaciones se actualizarían por la inflación, y no por una combinatoria de esta y la evolución de la recaudación tributaria. Se eliminarían los regímenes especiales que jubilan a los varones antes de los 65 años y a las mujeres a los 60, como los de los policías, penitenciarios, docentes, taxistas, peones rurales, trabajadores de rubros declarados insalubres, albañiles y choferes de micros y de carga.

Cambia de todo.

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