Una radiante alfombra roja aguarda el momento del arribo. A cada lado, una hilera de oficiales alemanes de impecables trajes grises esperan estoicos. Los funcionarios aguardan expectantes. Se abre la puerta del avión y de allí bajan Mauricio Macri y Juliana Awada. A simple vista, la imagen de una visita oficial. Sin embargo, toda esa parafernalia se rompe en el momento en el que ella transita la alfombra cual si fuera una pasarela. Es que Awada no sólo impacta por su belleza descontracturada, sino también por lo que lleva puesto: jeans y zapatillas. Esas mismas de charol y plataforma de goma blanca que hace unas semanas usó para visitar a Margarita Barrientos en Villa Soldati. Sólo que esta vez lo hizo en Berlín, y para recibir a la canciller Angela Merkel. No es la primera vez que Awada rompe el protocolo, de hecho, la primera dama busca flexibilizarlo imponiendo un estilo austero y chic. Errores y aciertos en el look de una primera dama en construcción.
La primera dama rebelde. Ser la mujer de un presidente no es tarea fácil. Históricamente cumplen la función de acompañar al presidente en todo tipo de visitas y actos oficiales, y dedicarse a tareas de compromiso social. En el caso de Awada, que de a poco se mete en tareas sociales vinculadas con la infancia, todos los ojos del mundo están puestos sobre su estilo y outfits sofisticados y austeros, con los que impone tendencia, y por los que las publicaciones más importantes en el mundo de la moda la comparan con mujeres influyentes como Jackie Kennedy y Michelle Obama.
Con este historial, la primera gira de Awada por Europa no podía ser la excepción. Allí cautivó a la prensa europea por el vestido que llevó en su visita a los reyes Felipe y Matilda en Bélgica. El diseño, de Laurencio Adot es ceñido a la cintura en color visón, con unos recortes con transparencias. Parte del vestido fue hecho a mano, y a pedido exclusivo de la primera dama. Más allá de los elogios, una de las cosas más comentadas fue lo corto del diseño, por encima de la rodilla. Algo que no está bien visto según los manuales de protocolo y etiqueta, ya que debe llevarse dos dedos por debajo de las rodillas, o dos por encima. Además, si se trata de actos durante el día se recomienda el uso de colores claros. Si bien en esa oportunidad cumplió con este requisito, no sucedió lo mismo en su visita a Berlín. Allí volvió a llevar un vestido más corto, cuatro dedos por encima de la rodilla, con cut-out (especie de calado) en color negro. Si bien los expertos en protocolo indican que Awada tiene cierta inmunidad por tratarse de una mujer joven, según pudo saber NOTICIAS, la intención de la primera dama es romper estas reglas de la moda, y comenzar a cambiar de a poco el manual de estilo. Algo similar a lo que sucedió en España con Letizia, o en Inglaterra con Kate Middleton. “Juliana quiere cambiar el hecho de que haya tantas reglas”, cuentan allegados. Eso sí, en esta búsqueda de querer vender una imagen de primera dama relajada, muchas veces es la austeridad, y la idea de ser una mujer como cualquier otra, la que se convierte en su peor enemigo y la hace trastabillar. Un claro ejemplo de esto se dio también en Berlín. El hecho de bajar en jeans y zapatillas la hizo pecar de un exceso de informalidad. Lo mismo sucedió en su visita a Colombia, donde combinó una blusa blanca de encaje, siendo de día, unos pantalones de vestir blancos, y un blazer negro. Un outfit con poca armonía. Aún así los expertos de moda advierten que cada vez más, las mujeres del poder están dando vuelta el protocolo. “Las primeras damas y las mujeres de la realeza están dejando de lado esas estructuras. Hoy lo que importa es mostrar que se es referente de un país democrático” explica el diseñador Laurencio Adot. La directora del Centro Delfina Mitre, Eva Lucía Branda asiente al respecto: “Awada tiene un estilo particular. Los vestidos van levemente por encima de la rodilla, como lo hacen las reinas de España y Jordania. Y en Berlín prefirió mostrarse casual y elegante ante un protocolo que se acomoda con el correr de los tiempos”.
El ABC de Awada. El look de la primera dama despierta el interés del público en general. ¿Las claves del éxito? En primer lugar, el hecho de llevar prendas low-cost, y de marcas con más llegada al público como “Ginebra”, y combinarlas con otras de diseñadores como “Menage à trois”, “El Camarín” y Gabriel Lage. Awada, además, tiene como lema lucir siempre diseños argentinos. Otro de los puntos que complementan este look más al alcance de cualquier mujer es es llevar prendas básicas como el jean, y repetir atuendos. Desde la parka verde militar que utilizó en varias recorridas por el país, pasando por las zapatillas, hasta el vestido negro que lució en Berlín y en septiembre del 2015 en un desfile de “Ginebra”. Un recurso que comparte con Michelle Obama, y que la norteamericana aprendió luego de recibir duras críticas del mundo de la moda. Lo que con el paso del tiempo le permitió formar un estilo sencillo, al alcance de todos, y a tener incluso mejor imagen que su marido. Algo que hoy parece ser el arma secreta de Awada: frente a las críticas de que Mauricio Macri es un presidente rico, ella, con su principio de no ostentación, seduce a multitudes y suma posibles votantes... en los rankings de las mejor vestidas.
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