★★★1/2 La idea es rara: tomar los cuadro de Van Gogh y animarlos para narrar como una ficción casi policial su vida y su obra. Funciona bastante bien porque la película es bella y tiene buen gusto para transformar los cuadros en algo con movimiento. Su problema es que las imágenes por momentos se ponen por encima de la historia, que deja de interesarnos. El experimento no deja de valer la pena: un homenaje amoroso y cuidado.
por Leonardo D’Espósito
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