Se puede pensar en Tomás Escobar como una suerte de Robin Hood digital. A sus 22 años está al frente del sitio de streaming online más exitoso de habla hispana. Cada mes, un promedio de 15 millones de usuarios únicos entran a Cuevana.tv para ver películas y series a través de internet. Sin la molestia de la tanda publicitaria, sin tener que adaptarse a los horarios, sin siquiera necesitar un televisor. Y –principalmente– sin pagar un solo centavo.
Escobar creó la plataforma para su uso personal y la fue distribuyendo primero entre amigos. Sencilla y efectiva, se propagó con la velocidad propia de la web. Con la masividad, llegó la fama. Y con la fama, el conflicto en la Justicia: en los últimos días, las distribuidoras HBO y Turner presentaron sendas denuncias que podrían ser el comienzo de una avalancha judicial contra la página y su joven impulsor. ¿Por qué permitir que alguien distribuya gratis aquellos contenidos que a ellos les cuestan dinero?
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por Marina Abiuso
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