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SOCIEDAD | 08-11-2015 06:16

Quiénes pueden padecer un brote psicótico

Dos psiquiatras explican los factores desencadenantes del colapso que sufrió Matías Alé. ¿A cualquiera le puede pasar?

Luego de que Matías Alé se convirtiera en noticia por haber sido el protagonista de un episodio violento que terminó con el actor internado en un psiquiátrico, surgieron las primeras especulaciones sobre el motivo de lo que se tituló "brote psicótico". Una vez que que se dio a conocer que el test toxicológico no encontró ninguna sustancia en la sangre de Alé, empezaron las especulaciones sobre qué puede provocar una situación tan al límite y la más preocupante: ¿Todos podemos sufrir un brote psicótico?

"Un brote psicótico no lo tiene cualquier persona", explica la psiquiatra Blanca Huggelmann en diálogo con NOTICIAS y agrega: "Se da en una persona con una personalidad predispuesta a una descompensación psicótica, salvo que la caída psicótica sea por efectos tóxicos, drogas o alcohol".

Asimismo, la especialista indicó que "si hablamos de un 'brote psicótico', lo hacemos dentro del contexto de una esquizofrenia, un trastorno psiquiátrico mayor, que empieza aproximadamente a los 15 años y va evolucionando con brotes. Cada brote deja deterioros".

Ahora ¿qué es un puntualmente un brote psicótico? Según Huggelmann "un brote es una desconexión total con la realidad, donde el juicio se desvía". En ese sentido, añadió que "en el caso de la esquizofrenia, aparecen alucinaciones visuales, auditivas, sinestésicas –sensación de que 'le caminan cosas'– y delirios porque hay una realidad que se torna incompatible con el psiquismo del individuo. No es una persona en su sano juicio, por lo que no se le puede imputar nada".

El psiquiatra especializado en psicopatías Hugo Marietan agrega que la "desconexión con la realidad se muestra en acciones agresivas, extravagantes y religiosas" y que "la persona se convierte en un ser peligroso para sí mismo y para terceros".

Ahora, en el caso de Matías Alé, su ex pareja Graciela Alfano, contó en un programa que el actor sufre de trastorno bipolar y que estuvo bajo tratamiento. "En los que padecen trastorno bipolar, puede haber descompensaciones psicóticas", asegura Huggelman y añade que "la bipolaridad es un trastorno psiquiátrico que se caracteriza por tener fases depresivas y fases maníacas" y que "tanto en una como en la otra, el individuo corre peligro para sí mismo, pero en la fase maníaca se suma el peligro para terceros". Huggelmann aclara que, en este tipo de trastornos, existe un "desequilibrio químico" y que no se debe solamente a traumas no resueltos o a una infancia infeliz, ya que se combinan "lo genético, lo adquirido, lo familiar y el factor desencadenente".

Sin embargo, la especialista explica que "existen distintos tipos de trastorno bipolar y en algunos el individuo nunca se descompensa, siempre es positivo, siempre está de buen humor, es un individuo 'up', todo bien, todo para arriba". Ahora, el individuo puede terminar con una "descompensación maníaca por factores, tanto internos o externos, que lo puedan estresar".

"También puede darse para el lado de la depresión y nunca hacer una descompensación, una persona depresiva que pasa desapercibida y de repente hace una fase depresiva profunda con intento de suicidio", continúa Huggelmann, e indica que "lo más común es que en el trastorno bipolar se alternen las fases maníacas con las depresivas".

Señal de alarma. La descompensación psicótica es el corolario de una escalada en la fase maníaca del bipolar que da indicios para tener en cuenta. "Las fases de descomensación no son en el día, o de un día para el otro. Empieza con cambios de conducta unos días, o un tiempo antes: el individuo empieza a estar más verborrágico, habla mucho, hace más de lo que habitualmente hace, tiene insomnio y cefaleas", enumera Huggelmann y agrega que "es típico del bipolar en fase maníaca decir 'el tiempo no me alcanza', así como en la fase depresiva se lo escucha decir 'el tiempo nunca pasa'".

"Hay cosas que se le adjudican al trastorno, como la agresividad o el narcisismo, pero puede no tenerlos una persona que padece de bipolaridad", cuenta Huggelmann y explica que "aparte de un trastorno bipolar puede existir una caracteropatía, como un trastorno narcisista de la personalidad". Por último, agrega que las descompensaciones psicóticas también "pueden darse en el trastorno límite de la personalidad" y que, entre los factores desencadenantes, puede haber "una relación conflictiva puede descompensar", se trate de una relación de pareja o de algún vínculo familiar.

"También existen crisis de distrés agudo", afirma Marietan y explica que se trata de "una situación muy estresante que se prolonga en el tiempo, o que es muy intensa, y que agota las reservas de contención de conducta".

Tratamiento. "Como tiene una desorganización psíquica importante, desfasado de la realidad, el individuo es peligrosos para sí y para terceros", explica Marietán, quien indica que "el psiquiatra está obligado a internarlo y sedarlo con psicofármacos por uno o dos días, mientras se interroga a los familiares para que den la versión de lo que ocurrió. Dos o tres días después se hace un interrogatorio suave en el paciente para ver cómo vivió el brote y así se puede tener bastante acentuado un diagnóstico presuntivo".

Para Huggelmann, "el paciente tiene que estar medicado con antiimpulsivos, antirrecurrenciales y antipsicóticos, y ya sea en fase maníaca o depresiva, lo adecuado es que esté internado". Según la psiquiatra, "lo que se busca es estabilizarlo en la meseta, para que no se vaya ni para la manía ni para la depresión, un punto medio donde pueda realizar sus actividades y no esté ni depresivo ni pasado de revoluciones, o sea, en la fase maníaca", finalizó.

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