En una nueva muestra del creciente malestar dentro del sistema universitario, docentes y nodocentes de la Universidad de Buenos Aires convocaron a una concentración este jueves 22 de mayo a las 12:30 en Plaza Houssay, en reclamo por mejoras salariales, condiciones laborales y el financiamiento integral de la educación pública. La jornada de protesta, organizada junto a estudiantes, será el preludio de un paro total de actividades previsto para el viernes 23.
La consigna que reúne a la comunidad educativa es clara: “En defensa de la Universidad pública: por nuestro presente, por nuestro futuro”, una frase que sintetiza tanto la urgencia actual como la preocupación por el rumbo estructural de las políticas educativas bajo la actual gestión del Gobierno Nacional. La movilización se inscribe en un contexto de profundo deterioro presupuestario, congelamiento salarial y falta de respuestas oficiales a los múltiples reclamos que vienen formulando las universidades nacionales.
Reclamos concretos y situación crítica
Entre los puntos centrales que impulsan la protesta, se destacan:
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La pérdida del poder adquisitivo de los salarios docentes, que acumula una caída del 40% según cifras difundidas por los gremios del sector.
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La falta de convocatoria a paritarias libres, lo que impide discutir de manera realista y democrática las condiciones de trabajo.
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El incumplimiento de los convenios colectivos de trabajo, que garantiza derechos laborales básicos para docentes y personal de apoyo.
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La necesidad urgente de aumentar tanto el monto como la cantidad de becas estudiantiles, en un contexto de creciente expulsión por motivos económicos.
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La exigencia de una Ley de Financiamiento Universitario, que permita garantizar la previsibilidad y sostenibilidad del sistema.
La convocatoria de Plaza Houssay —uno de los puntos neurálgicos del circuito universitario porteño— busca visibilizar estos reclamos con una amplia participación multisectorial, articulando los reclamos de las y los trabajadores de la educación con las demandas del estudiantado.
Un conflicto en escalada
La protesta de esta semana se suma a una serie de medidas y expresiones de malestar que ya vienen desplegándose en otras casas de estudio del país. Desde asambleas interclaustro hasta movilizaciones federales, el conflicto universitario se ha vuelto uno de los frentes más activos de oposición a las políticas de ajuste del Gobierno nacional, que hasta el momento ha mostrado "total indiferencia", según denuncian los convocantes.
El paro del viernes 23 de mayo implicará la suspensión de clases, actividades administrativas y tareas académicas en todas las unidades de la UBA, y se anticipa que podría extenderse o replicarse si no se abre una mesa de diálogo seria con las autoridades nacionales.
En este marco, gremios, centros de estudiantes y asociaciones docentes remarcan que el reclamo no se reduce a una cuestión sectorial, sino que pone en juego el sentido profundo de la universidad pública como herramienta de movilidad social, producción de conocimiento y garantía de derechos en una Argentina cada vez más desigual.
“Estamos defendiendo más que nuestros salarios: estamos defendiendo un modelo de universidad abierta, gratuita y de calidad para todos y todas”, señalan desde la organización.
La respuesta del Gobierno, por ahora, es el silencio. Pero en las aulas, las oficinas y las plazas universitarias, la voz de la comunidad educativa empieza a sonar cada vez más fuerte.
por R.N.
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