Buenos Aires se vistió de gala en el marco de la Semana del Cine Italiano, cuando entre otras figuras de Cinecittà, llegó la efervescente y exitosa cantante y directora de cine Margherita Vicario. Su ópera prima “Gloria!”, que estrena este jueves brilló en su presentación en las salas de cine del festival y desde el 15 de mayo, hará lo propio en la cartelera tradicional. Pero no lo hará sin pergaminos, ya que su film iniciático acaba de alzarse con tres Premios David di Donatello 2025, incluyendo el de Mejor Dirección Novel.
Empoderada. Hija del director Francesco Vicario y nieta del cineasta Marco Vicario y la actriz Rossana Podestà, Margherita supo desde temprano que su camino iba a estar ligado al espectáculo, pero no se conformó con seguir la ruta familiar. Primero fue la música, donde con una carrera como cantautora se posicionó como una voz fresca y combativa, mezcla de ironía y compromiso. Canciones como “Mandela”, “Abaué: Morte di un Trap Boy” y “Giubbottino”, la consolidaron como una de las artistas más originales del panorama pop italiano de los últimos diez años.
Así, su arte sonoro, de fuerte crítica social y reivindicación de la mujer, pasó los acordes de sus melodías y llegó al cine. En un encuentro exclusivo con Noticias, dejó sus sensaciones: “Me di cuenta que siendo amante de la música clásica, un día me planteé cómo es posible que pueda decir 10 o 20 grandes compositores de todos los tiempos y ni siquiera una mujer. Y esa reflexión me llevó a suponer que hubo una censura para con la mujer, sino era imposible de entender. Investigué sobre la historia de mujeres en la música y me enteré de los institutos donde eran calladas y sus composiciones eran difundidas por hombres, “que era lo correcto”, cuando las habían realizado ellas a escondidas. Así surgió la historia de “Gloria!””.
“Gloria!” es una explosión de vitalidad y rebeldía ambientada en la Venecia del siglo XVIII, donde un grupo de jóvenes huérfanas internas en un instituto religioso descubre el poder emancipador de la música. Con guiños al pop contemporáneo, pero con una mirada profundamente feminista y lúcida, la película rompe moldes desde su primer escena. “Quería contar una historia de mujeres que no fueran víctimas ni heroínas, simplemente chicas con ganas de vivir y cambiar las cosas”.
Cinema Paradiso. La película no solo obtuvo el reconocimiento de la crítica especializada que presenció el Festival de Cine Italiano en Buenos Aires, sino también del público general que compró su entrada para las funciones especiales. Fue aclamada en la Berlinale, ganó el Premio a Mejor Película del Festival de Seattle y obtuvo recientemente, entre muchos otros galardones, tres Premios David di Donatello a Mejor Ópera Prima, Mejor Canción Original y Mejor Composición Musical.
Durante su visita a Buenos Aires, Vicario participó de sus actividades organizadas, tanto de las proyecciones del Festival en el cine Cinépolis Recoleta como de la función especial en el Gaumont, donde fue acompañada por un conversatorio de estudiantes de cine y música. “Siempre soñé con venir a Argentina. Es un país que respira arte y donde las mujeres también están escribiendo nuevas páginas culturales y políticas. Me emociona ser parte, aunque sea un instante, de ese diálogo”, comentó.
Sobre su futuro y regreso a la música, agregó: “Definitivamente volveré a la música porque para mí es como tener dos piernas, lo que siempre he hecho como actriz y como música simplemente no puedo dejar de hacerlo. En parte es porque vivo de ello, pero lo que realmente me permite pagar mi comida es la música. Amo hacer conciertos, vivo para ellos. El cine es algo que comencé, que disfruto, me gusta y tengo proyectos pero con otros tiempos. La música es más mi vida cotidiana, mi necesidad, mi felicidad inmediata”.
Con apenas 37 años, Margherita Vicario es una de esas artistas que no se encasillan. Dueña de una estética propia, comprometida pero lúdica, poderosa pero sensible, su llegada a Buenos Aires marcó uno de los puntos más altos del festival, dejando en claro que el cine italiano, cuando es joven, valiente y con voz de mujer, tiene mucho por decir.
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