Jeremías Campana tiene 5 años y hace cuatro sufrió un accidente que lo dejó en estado vegetativo y lo obliga a estar conectado a un respirador con cuidados las 24 horas en una internación domiciliaria. Por la pandemia del coronavirus, desde la obra social que tiene, la de Choferes de Camiones, le dijeron a su familia que debían trasladarlo a una clínica de rehabilitación el tiempo que durara la cuarentena. Pero ni su papá, Christian Campana, ni su médico pediatra están de acuerdo: creen que podría ser perjudicial para su salud.
Argumentos. Hace una semana llamaron por teléfono a Christian Campana desde la Obra Social para comunicarle que derivarían a su hijo a la Clínica ALCLA para que Jeremías pasara la cuarentena allí, porque piensan que es la mejor manera de resguardarlo durante la pandemia y la mejor solución para brindarle su tratamiento. Sin embargo, según afirma Campana, esa decisión fue tomada unilateralmente por parte de la obra social y sin consultarle a los profesionales que atienden a Jeremías. “El pediatra de él me dijo que es una locura trasladarlo porque Jeremías en este caso está estable, está bien y el riesgo allá es el mismo que acá porque allá hay más dotación de gente (los enfermeros y médicos se trasladan en transporte público, hay más contacto con gente). Entonces no implica que esté más aislado que en casa”, señala Campana a NOTICIAS. Además, creen que sería muy riesgoso sacar de su hogar a Jeremías en un contexto como el actual.
La obra social envió una carta documento donde explican sus motivos: “A los fines de garantizar la continuidad de la adecuada atención y realización de las prestaciones médicas de los pacientes que reciben el servicio de Internación Domiciliaria, y que son de alto riesgo y complejidad para la pandemia es que mi mandante ha dispuesto ordenar la derivación de los mismos a la Clínica ALCLA”. Y, ante la negativa de Christian de mover a Jeremías, aclaran: “Siendo las invocadas razones de fuerza mayor, de persistir su negativa a nuestra propuesta médica, seriamente evaluada ante la gravedad creciente de la situación de pandemia y el previsible decaimiento de la posibilidad de continuar con la prestación normal del servicio, sin duda deberá correr con las consecuencias perjudiciales de su absurda y caprichosa negativa, haciéndose cargo a partir del día de la fecha de la decisión en tal sentido”.
Así, Campana dice sentirse entre la espada y la pared. Se niega rotundamente a trasladar a su hijo porque cree que es ponerlo en peligro pero, si no lo hace, corre el riesgo de no tener más los insumos y profesionales que necesita para llevar la internación en su casa. “Buscamos que nos garanticen la prestación. Te amenazan con que si no lo trasladas te la arreglas vos solo. Si vos te negas al chico no lo llevan, pero después corres el riesgo de que de acá a diez días no tengas más prestación, te quiten los enfermeros, no te traigan los insumos, no te traigan la medicación”, explica.
Disputa. En tanto, a pesar de los intentos de NOTICIAS de comunicarse con la obra social y algunos de sus representantes, no hubo respuestas. A los pacientes les insisten con que la medida que están tomando está basada en que, por un lado, puede haber faltante de insumos porque los proveedores no están produciendo y se puede dificultar la asistencia del personal médico a las casas. Por otro, en que las clínicas son el espacio ideal para pasar un momento así.
A través de la Asociación Argentina de Electrodependientes, Campana pudo comunicarse con gente del Ministerio de Salud, quienes le dijeron que la única forma de trasladar a su hijo es haciendo una junta médica en donde se evalúa la salud y el riesgo que corre en el domicilio o no, y con una resolución del Ministerio. En esa línea, el martes 1 se reunirán desde la cartera conducida por Ginés González García con la obra social para tratar este tema.
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