Se los ve tan amalgamados en la charla que da cierto pudor interrumpirlos. Es lunes y Ana María Picchio y Sergio Renán no tienen que correr a la función de “Incendios”, la obra que ella protagoniza y que él dirige, así que siguen recordando nombres y relatándose los episodios que los marcaron. Como cuando a partir del éxito de “La tregua”, se desayunaron de cuestiones ásperas como la Triple A, las amenazas y la primera lista negra. La charla salta al `97, cuando él tuvo una cita íntima con la mismísima muerte y una pancreatitis fulminante derivó en un coma por dos meses. “Nosotros estábamos en el sanatorio porque el flaco necesitaba de todos sus amigos, había gente de todas las edades”, dice Picchio y nombra a colegas suyos, pero también a Adolfo Bioy Casares, Mario Benedetti y Ernesto Sabato. “Yo de eso me enteré mucho después. Además de alegría, ternura y agradecimiento, también hubo en mí sorpresa. Sabía que había hacia mí una idea de respeto, pero no semejante amor”, devuelve él con su disfonía crónica, producto del cáncer de laringe que tuvo en el 2006. “Somos parte de tu resurrección, Flaco”, define Picchio.
Noticias: ¿Siempre tuvieron una amistad?
Ana María Picchio: No, mi diferencia de edad era… perdón, en ese momento porque ahora estamos iguales (risas)… yo no podía ser amiga de Sergio, pero cuando nos encontrábamos era una fiesta.
Sergio Renán: También tiene que ver con el hecho de haber sido importantes en la vida del otro, porque pocos recuerdan que antes de “La tregua” hubo un programa de televisión, “Las grandes novelas”, el primero que yo dirigí y del que ella formaba parte.
Noticias: Además la defendió como protagonista de “La tregua” cuando los productores le bajaban el pulgar.
Renán: Yo tardé muchos años en contarlo, pero Atilio Mentasti me proponía otros nombres y le dije “Alterio y Ana María son no negociables”. “La tregua” pudo haberse filmado dos años y medio antes…
Noticias: ¿Y cómo viven este reencuentro teatral?
Renán: En estos casi cuarenta años siempre existió la certeza de un enorme amor, amor es la palabra, eh. Ana María es una de las mujeres más importantes de mi vida (ella sonríe y asiente), la protagonista de “La tregua”… pero, además, después de haber pasado esa enfermedad tan grave, sabés que con cierta gente contás. Yo seguí su carrera como ella debe haber seguido la mía, y el tránsito entre la jovencita divina, encantadora, divertida… contá el apodo con el que te definía…
Picchio: Me decía “vagabunda”.
Renán: Porque era muy mal hablada y se divertía diciendo cosas que sabía que me iban a hacer poner colorado.
Noticias: ¿Cómo funcionó la relación entre una personalidad atildada como la de Sergio y la picardía de Picchio?
Renán: Funcionaba por el amor y el respeto profesional. Cuando esas dos cosas se juntan, trabajar juntos es una fiesta. Pero las ordinarieces que decía eran para ponerme nervioso (risas).
Noticias: ¿Trabajar juntos les provoca la necesidad de hablar del pasado?
Picchio: Sí, pero con la obra no hemos tenido mucho tiempo.
Renán: Ha sido un trabajo muy intenso. Había una zona de ella que conocía muy bien y que la convertía en apropiadísima para una parte de esta historia. Había otra, frente a la cual no tenía tanta certeza: la madura, con una perturbación sobrehumana y una capacidad emocional sobrehumana como tiene el personaje. Pero imaginé su alocución, yo decía la letra y escuchaba la voz de Ana María, y pensé: “Tengo que hablar con ella de esa etapa de la vida”.
Producción: Esteban Vedia. Ropa : Vevú Prive, Cacharel, Christian Lacroix, Orb. .Calzados: Micheluzzi. Medias: Silvana. Accesorios: Perfectos Dragones para Orb. Agradecemos al Hotel Savoy (www.savoyhotel.com.ar).
Para leer la nota completa, adquiera online la edición 1905 de la revista NOTICIAS.
por Valeria García Testa
Comentarios