La confianza de CFK en María Angélica Bustos es tal que el día que trasladaron el cuerpo del fallecido presidente Néstor Kirchner desde El Calafate hasta Buenos Aires, para su velorio en la Casa Rosada, “Cuca” tuvo que cumplir con, tal vez, uno de los pedidos más difíciles de su vida: vestirlo. Aquella mañana “Cuca” se enteró que Kirchner había muerto cuando se lo contó Pablo Barreiro, el entonces secretario privado de la presidenta. Barreiro había ido a buscarla por pedido de CFK. Cristina quería que “Cuca” fuese la encargada de elegir el último traje para vestir a Néstor. La eficiente ama de llaves estaba esperando en la casa de los Kirchner cualquier novedad que llegara desde el hospital. Tenía la ilusión de que Néstor se salvara, pero las novedades de Barreiro la desmoronaron. Ahora le tocaba llevar “la mejor ropa” de Néstor. “Cuca” no paraba de llorar. Desconsolada, buscaba en el placard el traje más fino del ex presidente. Cuando llegaron al hospital, en la habitación estaba Cristina, sola, abrazando el cuerpo de quien en vida fuera su marido. La escena era desgarradora. Como la presidenta no estaba en condiciones de vestir a Kirchner, “Cuca” se encargó de la tarea con la ayuda de Pablo Barreiro y su padre, Ricardo, conocido popularmente como el jardinero. Aquella experiencia quedaría grabada para siempre como una cicatriz en la memoria de los tres protagonistas.
Los días poseriores a la muerte de Néstor, “Cuca” durmió con Cristina en la misma habitación porque la ex presidenta no podía conciliar el sueño.También, cuando pasó un tiempo prudente, fue el ama de llaves quien se encargó de deshacerse de la ropa de Néstor.
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