Continuando con la política de la dirección del Ballet del San Martín de dar escenario a nuevos coreógrafos para que expongan sus obras, este programa de la compañía abreva en la tendencia creativa de la joven generación. Tres ballets breves, de diferentes estéticas, sirven de muestrario para conocer a la nueva camada que vela por el futuro de la danza contemporánea de alto vuelo. En este caso, ‘nuevo’ o ‘joven’ no es sinónimo de inexperto. Los tres autores convocados tienen sólidos antecedentes tanto en su formación como en su breve trayectoria, con exitosos trabajos en grupos privados y estatales.
Haciendo honor a su nombre, “Los trompos” es una obra de Juan Onofri Barbato basada en los giros y su reiteración, que ejercen sobre el espectador un efecto hipnótico.
El cuerpo es utilizado como elemento mecánico, hasta que colapsa en lógicas contracciones provocadas por la saturación muscular. Entonces comienza a desarrollarse otro tipo de expresión, que permite una manera diferente de relación entre los quince bailarines que intervienen, aunque siempre con el giro que subyace como referencia. Si bien en un principio hay un desprendimiento de la identidad, a medida que el movimiento se va agotando surgen rasgos distintivos entre cada uno de ellos. Pero desde el comienzo se yergue la fuerte personalidad de Carolina Capriati, uno de los mejores elementos actuales del plantel. La obsesiva música de Nicolás Varchausky complementa adecuadamente el clima de la obra.
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por Patricia Casañas
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