★★★★ He leído muchas críticas sobre esta adaptación gigantesca de la novela realizadas por Michael Crichton. Todas apuntan a algo fallido en este fresco de ciencia ficción donde un parque temático lleno de robots iguales a los humanos en casi todo permite a los seres “reales” las más viles y sangrientas fantasías. La Inteligencia Artificial está de moda, más de moda está la reflexión sobre el estatuto de lo real y lo virtual, y “Westworld” abreva de todo eso. Pero eso es menos importante que la enorme belleza de la producción, que permite al espectador entrar a ese mundo y a los conflictos. La falta de apresuramiento es, en este caso, una virtud: la serie nos mete en ese mundo virtual que nos propone. Los actores están a la altura, pero Harris y Hopkins, que hacen cualquier cosa, están por encima del resto. Lo que causa “Westworld”, con sus fallas y todo, es una suerte de bienvenida hipnosis. Sí, claro que vale la pena.
por Leonardo D’Espósito
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