De perfil bajo, en los últimos años, a Alejandra Bonafini casi nunca se la vio en fotos públicas junto a su madre, la titular de Madres de Plaza de Mayo. En cambio, Hebe de Bonafini solía aparecer acompañada por quien se había convertido en su “hijo adoptivo”, Sergio Schoklender. Esa diferencia dejaba entrever que el vínculo entre sus dos personas más cercanas nunca había sido bueno, algo que la investigación sobre el presunto desvío de fondos públicos para viviendas sociales dejó al descubierto.
Hoy, Schoklender está preso, acusado de liderar una asociación ilícita para desviar parte de ese dinero en su beneficio y el de su entorno. Alejandra está imputada por el juez Norberto Oyarbide de ser parte de ella por una operación inmobiliaria sospechosa y dos movimientos en su cuenta bancaria.
Más información en la edición impresa de la revista
por Mariel Fitz Patrick
Comentarios