★★ roberto Pettinato volvió a “Duro de domar” de donde partió una noche en 2009 dando un portazo en la nariz del productor Diego Gvirtz (“6,7,8” y “TVR”). Y después de su paso por “CQC” retoma el aire televisivo con otro visible problema de timing: tanto el último “CQC” como este “DDD” lucen extenuados.
Los bodoques de archivo, insufribles repeticiones de lo que ya vimos y que encima, cuando el tema lo permite, bajan línea son la vedette. A Pettinato se lo ve incómodo en esas aguas.
Lo más interesante de aquel “DDD” era el juego entre el panel y el conductor. De eso apenas quedan ruinas. El panel ha sido reducido a brevísimas intervenciones de las cuales solo las de Marziotta intentan un atisbo de argumentación, mientras Hamilton amenaza con quedarse dormido, Pardini compone el clown misógino, Castañeda sigue intentando decirnos algo, Claudeville se sube al caballo y de a ratos, se lo presta a Schargrodsky para que haga un resumen político en 10 segundos. El gran faltante es el humor, el que se fue en 2009 y no quiso esta vez tragarse un sapo.
por Leni González
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