Chupín negro, zapatillas y buzo floreado, campera de cuero y el cabello atado. Parece una adolescente, pero es una de las actrices más exitosas del último tiempo en la Argentina. Se mueve ligera de un lado a otro, tratando de ocultarse de los fanáticos que le piden una “selfie” y posan sonrientes ante su cara de desinterés. Quizás Juana Viale pensó que en “La noche de la filosofía”, un encuentro donde el sábado 27 de junio participaron prestigiosos filósofos y académicos como Tomás Abraham, Miguel Wiñazki, Diana Cohen Agrest, y Juan José Sebrelli, además de la actriz, nadie notaría su presencia.
El evento, organizado por la Ciudad de Buenos Aires en el Centro Cultural San Martín, contó con la participación de actores de la escena nacional, que tal como Juana, hicieron una lectura de un autor destacado de la filosofía. Ella, la joven que años atrás les propinaba un “fuck you” a los fotógrafos y periodistas, y era el mayor dolor de cabeza de su abuela Mirtha Legrand, se convirtió en “filósofa por un día” y eligió casi inconscientemente el texto “El hombre rebelde”, de Albert Camus. En el bloque de Juana leyeron además, Monina Bonelli, Alfredo Allende, y Alejandra Radano.
Antes de salir al escenario, los actores se comentan los autores que van a leer. Una de las actrices le pregunta a Juanita: “¿A vos qué te tocó?”. “Albert Camus”, responde ella, hispanizando el apellido. “Ah, ‘Camiú’, le corrige la mujer.
Juana sale a escena. Se para detrás de un atril de plástico con luces fluorescentes azules. El conductor del evento la presenta: “Ahora va a leer un texto de “Camuse”, “Camus”. ¿Cómo se dice?”, pregunta. Ella, como una experta de toda la vida, le responde: “Albert ‘Camiú’”.
La exposición dura cinco minutos. Luego el dúo musical “Doble o nada” interpreta una canción en el escenario. El resto de los actores sale de a uno a hacer su lectura. Esperan al otro detrás de bambalinas como un gesto de respeto. Juana es la única que se escapa y vuelve a sentarse junto a sus amigas en la tribuna, tal vez deseando ser una más del público. Se dedica a tipear vertiginosamente las teclas de su celular. Para el saludo final regresa y saluda a la gente desde la distancia que impone el escenario.
A pesar de que trató de evadir a la prensa, NOTICIAS pudo hablar con ella.
Juana Viale: ¿De qué me vas a preguntar?
NOTICIAS: Queremos saber cómo fue tu convocatoria a este evento.
Viale: Ah, entonces sí. Gabriela Ricardes, la directora del Centro Cultural, me lo propuso a mí y a Victoria Césperes, con quien estrenamos la obra “La sangre en los árboles” el miércoles 1 de julio acá en el Centro. Si queríamos leer algún fragmento de algún filósofo.
NOTICIAS: ¿Cómo es tu llegada con el mundo de la filosofía?
Viale: No sé si la llegada... Era un fragmento de Camus que me encanta. Me encanta él. Como escritor, como ensayista. Cinco minutos. Uno siempre lee sobre filosofía, y pasa que uno tiene en la vida algún concepto de haber leído algo y que le quedado.
NOTICIAS: ¿Cómo fue la selección de los textos a leer?
Viale: Eran varios fragmentos a elegir de acuerdo a lo que a uno le gustaba. Elegí el de “El hombre rebelde”.
NOTICIAS: ¿Te sentiste identificada con el título?
Viale: No era identificativo, sino que era algo expositivo. Me parecía interesante el abuso de la palabra rebelde.
Juana, que hoy dice no sentirse identificada con el concepto del “ser rebelde”, corre hacia la salida. Se escapa de la gente escondiéndose entre la multitud. Huyendo, quizás, de esa Juana Viale que seduce y encanta al público todos los días desde la pantalla de “Bailando por un sueño”. Es decir, huyendo de sí misma.
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