"Vamos a ponerle calor de hogar”. Así sintetizó Juliana Awada las reformas que se avecinan en la Quinta de Olivos. Luego de doce años, la residencia presidencial cambia de inquilinos y la renovación planeada va a ser tan profunda que Mauricio Macri y su familia esperarán hasta febrero para dejar su departamento en Avenida del Libertador y mudarse allí.
Después del tedeum del viernes 11, el flamante Presidente continuó con su agenda y se reunió con sus ex contrincantes en la carrera por el sillón de Rivadavia. Mientras, Awada aprovechó para interiorizarse sobre el estado del futuro hogar y realizó su primera “excursión” a Olivos.
En la recorrida, la primera dama descubrió que el chalet principal de la propiedad dista mucho de sus gustos y necesidades. La reforma más urgente para la familia presidencial es acondicionar una habitación para la hija del matrimonio, Antonia. La pequeña de cuatro años será la persona más joven de la historia en habitar la quinta y Awada quiere que en su nuevo hogar existan lugares pensados para el esparcimiento y el descanso de la nena.
Pero más allá de las necesidades funcionales, la primera dama no simpatizó en absoluto con la estética y decoración de la residencia y ya comenzó a pensar las remodelaciones para imprimirle el “estilo Awada”.
Juliana es amante de los colores neutros, en especial el blanco y gris. En base a esa gama está decorado el actual departamento familiar de Barrio Parque. Pero no es lo que impera en la propiedad de Olivos que legó Cristina. A fines de 2012, la ex presidenta decidió pintar el caserón principal color terracota, a tono con sus propiedades en El Calafate. Al parecer, la llegada de los nuevos habitantes le devolvería a la histórica residencia su color original: el blanco.
Los doce años de los Kirchner como moradores exclusivos de Olivos les permitieron realizar otros cambios. En el predio, además de la casa principal, se encuentran otro par de chalets que en los últimos años fueron habitados por los hijos de Cristina. A principios de este año y poco antes de ser mamá y mudarse a un departamento en Constitución, Florencia Kirchner decidió que la “casa de huéspedes A” -que ella habitaba- también cambie de color y así pasó del clásico blanco a un furioso rosa chicle. Fuentes cercanas a Olivos afirmaron que todas las edificaciones volverán a ser blancas y que Macri dio expresas órdenes de manejar las reformas con espíritu austero.
Por dentro, la casa principal también necesitará pintura. Awada descubrió que en varias paredes hay manchones de humedad y sectores descascarados. En los interiores también predominará el blanco con una única excepción. Valentina, la hija de 12 años que la esposa presidencial tuvo con el conde belga Bruno Laurent Barbier, podrá decorar su cuarto a su antojo.
Look Awada. Desde que Mauricio Macri se impuso en el balotaje presidencial, Awada se hizo cargo de los preparativos de la mudanza familiar. La primera condición que impuso es que la casa principal no será una oficina y fijó un límite sobre la actividad presidencial puertas adentro. En el resto del predio se permitirán las reuniones oficiales y las labores políticas, pero la vivienda quedará sólo destinada para la vida familiar; el modo en que se imagina podrá preservar la vida de hogar que no quiere resignar. Además entiende que es la mejor manera de preservar y resguardar la intimidad de sus hijas.
“Juliana es muy cálida y así son todos los lugares donde vive”, apuntan desde su entorno y esa es la tónica que quiere imprimirle al antiguo caserón. Awada apostará por una máxima de la decoración: “Menos es más”. La estética minimalista que impera en el departamento de Avenida del Libertador y que también reinaba en su antiguo departamento de soltera.
Para poder darle este toque personal, la pareja presidencial mudará los muebles que ya posee a Olivos.
Aunque Juliana cuenta en su círculo íntimo con prestigiosos diseñadores, optará por ser ella misma la encargada de dirigir la remodelación. “Ella se encarga de todo. Elige las telas, manda a hacer los acolchados, absolutamente todo pasa por su control. Se ocupa mucho y a Mauricio le encanta que sea así”, asegura una asistente de la empresaria.
No será la primera vez que lo haga, ya que luego de casarse, fue ella misma quien llevó adelante los cambios en la quinta “Los Abrojos”, que Macri tenía desde antes de conocerla. Con la familia constituida, la hoy primera dama convirtió ese inmueble propio de un soltero en un hogar cálido como a ella le gusta.
Pero transformar el caserón en un hogar incluirá un detalle que para Juliana es imprescindible. “El arte va a ser un aspecto fundamental de la decoración”, confían allegados. Desde su morada en Palermo Chico partirán a Olivos los cuadros y obras de arte que hoy decoran las paredes del departamento. Habitué del circuito de galerías, junto a su madre Pomi, y frecuente concurrente a ArteBA, la primera dama cuenta con una nutrida colección de pinturas entre las que destacan varias obras nacionales. Trabajos de Eduardo Hoffmann, Fabián Burgos y Mariano Cornejo, entre otros, pasarán a adornar las paredes de la residencia presidencial. Todos artistas argentinos contemporáneos muy bien cotizados en el mercado internacional. (ver columna).
En la colección también hay sitio para los afectos. Dentro de la obras destacan pinturas de dos artistas plásticas cercanas a la familia. Por un lado Leila Awada, hermana menor de Juliana y también de Gimena, una de las hijas que Macri tuvo con Ivonne Bordeu.
Quienes conocen a Awada a fondo, aseguran que el espacio de la casa que más disfruta es la cocina. “Cuando quiere agasajar a sus amigos, a su familia les prepara ‘cosas ricas’ y es donde pasa buena parte del día”, explican. Juliana tiene muchos libros de recetas y piensa llevarlos a Olivos. En su departamento tiene una cocina de decoración súper neta, en blanco y negro. A la vista, solamente hay algunos condimentos.
El porqué de la importancia de este ambiente explica la personalidad de la primera dama. Por un lado, su gusto por el orden, que hace que siempre la cocina esté impecable. Pero también por su rol de madre y esposa que cumple a rajatabla. “Siempre se levanta a la mañana antes que todos y es la que le prepara el desayuno a Mauricio, y la vianda a Valentina para que se vaya al colegio”, cuentan en su entorno. Incluso, Awada es la encargada de hacer las compras en el supermercado o en el Barrio Chino, tanto, que afirmó será una de las cosas que más extrañe cuando se mude a Olivos.
En el segundo piso del caserón presidencial hay cuatro cuartos. Hasta hace unos días, la habitación de Cristina era el dormitorio más grande, que está ubicado a la izquierda si se mira la casa desde atrás. En la otra punta, se encontraba la habitación de Florencia que luego se convirtió en vestidor de la presidenta cuando su hija menor se independizó. Los Macri aún no han decidido cómo se repartirán los cuartos, aunque históricamente todos los presidentes han ocupado la misma habitación principal.
Cambio de mando. Los nuevos inquilinos traerán nuevos empleados. Si bien resta la confirmación oficial, la Administración General de la Residencia Presidencial de Olivos quedaría en manos del ex Gerente de Administración de la Subsecretaría de Relaciones Internacionales e Institucionales de la Ciudad, Christian Claret, quien controlará a los más de 500 empleados que trabajan en la propiedad.
Por el momento, Claret es quien tiene a su cargo las primeras remodelaciones y ya avanza en la puesta a punto de otras dependencias de la residencia oficial.
Las dos primeras reformas involucran a las canchas de golf y de tenis. Construidas durante el menemismo, están muy deterioradas, tanto que el único uso que se le daba al tradicional carro de golf, era para que Máximo Kirchner se trasladara del chalet que él ocupaba a la casa principal. El nuevo presidente ya dio la orden de que las vuelvan a poner en condiciones por tratarse de dos de sus deportes predilectos.
El sábado 12 Macri recibió en Olivos a los gobernadores y descubrió que otra de las instalaciones que deberán ser remozadas es la Sala de Conferencias. Luego de que el kirchnerismo no la usara por más de siete años, el recinto no está en condiciones. Si bien estructuralmente no presenta fallas, el equipamiento es vetusto. Otra de las obras que comenzarán en breve son las que se realizarán en la capilla, la cual estaba en estado de casi abandono.
Claret, reemplazaría a Mónica Hirschler, persona de confianza de Cristina y quien manejaba la actividad de la residencia presidencial con “mano de hierro” y no exenta de polémicas. Luego de que NOTICIAS diera a conocer irregularidades en la contratación de empleados y publicara fotos sobre la mudanza de CFK, Hirschler desplazó a dos trabajadores de Olivos.
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