★★★1/2 Las películas de Disney con reparto exclusivamente animal son escasas, casi nulas. De allí que, a pesar del lugar común, Zootopia no deja de tener su riesgo: cómo volver plausible una sociedad donde el león convive con el cordero. Lo interesante de la película consiste en que el núcleo y tema de la historia es, justamente, esa tensión: los predadores conviviendo pacíficamente con sus presas. Por el lado bueno, el film evita las metáforas tontas al respecto. Por el malo, machaca insistentemente el tema de la discriminación no solo desde la trama sino directamente desde el discurso. Pero en medio de todo esto y de la intriga policial –es una “buddy-buddy”, film de pareja despareja, en este caso integrada por el primer conejo en convertirse en policía –trabajo de bichos rudos– y un zorro que vive de pequeñas casi estafas, enfrentados a la desaparición misteriosa de algunos ciudadanos. El diseño de la película es verdaderamente bellísimo y en muchas secuencias se ve cómo cumplen con lo que proponen (se lleva las palmas el perezoso Flash, obviamente).
Pero hay algo de apresuramiento en la manera como se resuelve la historia que conspira contra el módico suspenso de la situación final. De todos modos, es una película apreciable y agradable, quizás demasiado “infantil” respecto del último Disney pero que venderá toneladas de peluches. Es preferible verla en inglés: las inflexiones de Jason Bateman –un comediante extraordinario– se pierden en castellano.
por Leonardo D’Espósito
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