La familia política con más llegada a las entrañas del poder hizo un largo camino desde su primer auto, ganado en los años '60 en una rifa de barrio, al presente donde Juliana, la menor de cinco hermanos, reconocida como una de las mujeres más importantes de la Argentina. Su familia, de origen sirio libanés, se define como un matriarcado, por la fuerte impronta de Elsa Esther Baker de Awada (79), más conocida como Pomi, fundadora de la marca de indumentaria femenina Awada y centro del clan. Ella maneja con destreza las grietas que podrían dividir a sus cinco hijos; el tercero, el actor K Alejandro Awada, decidió no asistir al casamiento de su hermana con Macri por diferencias ideológicas. Eso lo convirtió en la oveja negra de la familia. El hermano mayor, Daniel, es el exitoso empresario que fundó la marca Cheeky; Zoraida, la segunda, marca el perfil bajo; y Leila, artista, es la más alegre. En la historia de la familia se cuenta también una estrecha relación con el menemismo. Claroscuros de un clan educado para dejar atrás sus orígenes de comerciantes y asumir como propio un destino cercano al poder.
por Marcos Teijeiro, Giselle Leclercq
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