Es de noche, tarde. Nadie descansa, a pesar de que al día siguiente se trabaja y todos los que viven en el exclusivo club se destacan en puestos clave de la sociedad. El lugar perdió su tranquilidad característica: cientos de personas copan las calles internas a puro grito y lanzan fuegos artificiales que invaden lo que era otra apacible noche de Benavídez. El club no es un club más. Es un country que lleva el nombre del célebre colegio Cardenal Newman. Y están celebrando el resultado de las elecciones.
Esa fiesta tuvo lugar el pasado 22 de noviembre y es una escena casi irreal para el mundo Newman: a pesar de ser un colegio que se ufana de “antipolítico”, donde los profesores tienen prohibido debatir temas polémicos de actualidad, cuando uno de sus egresados se convirtió en el Presidente casi todo el club lo festejó como una Copa del Mundo. Es más sorpresivo aún porque se trata de Macri, alguien que pasó por las aulas de la institución con más penas que glorias. Pero, aunque él no sea el máximo representante del “espíritu Newman” como ya se verá, es en ese lugar donde nació el PRO. Así de increíble es esa escuela en la que sólo entran los que tienen permiso.
Es que el Newman tampoco es un colegio más. Todas las personas suelen tener recuerdos de su colegio y pueden rememorar los primeros amigos, amores y odios en los pasillos de la primaria y la secundaria. Recuerdos. En cambio, para los egresados de la institución donde se recibió Macri, no existe el “Newman” como una entidad antigua y perdida en la memoria. Para los que pasaron por el selecto colegio de Boulogne, en el partido de San Isidro, la escuela es presente y está viva en cada esquina, en cada remera bordó, en el club donde juegan al rugby o en las casas dentro de ese predio en donde viven. Son tan parecidos los valores que comparten y la manera de descifrar la vida que es fácil entender por qué la cúpula del Gobierno está conformada por muchos ex alumnos de ese instituto: para un Newman boy no hay nada mejor que otro Newman boy.
Son casi veinte. Presidente. Ministro de Economía. Ministro de Trabajo. Secretario Legal y Técnico. Jefe de asesores. Asesor presidencial y mejor amigo del Jefe de Estado. Titular de la Anses. Director de AUSA. Ex subsecretario de deportes porteño. Y más de una docena de funcionarios de primera línea con algo fundamental en común: las mismas aulas, los mismos pasillos y la misma enseñanza que le impartieron los “Christian Brothers”, la congregación irlandesa que fundó el Newman en 1948.
Seguí a Juan Luis: @juanelegonzalez
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