“Me fui a hacer una congelación de óvulos, para prolongar la posibilidad de ser madre”, confesó la escultural Luciana Salazar en una entrevista a la revista Caras. Y de esta forma volvió a poner en debate el tema de la congelación de óvulos, mejor conocido como vitrificación o criopreservación. Una práctica que se puso de moda entre las estrellas de Hollywood, como Jennifer Aniston y Eva Longoria, y en nuestro país tomó estado público gracias a la periodista Marisa Brel y la actriz Eugenia Tobal. En los últimos cuatro años, según datos de la “Fundación REPRO”, en la Argentina pasaron de congelarse los óvulos de 296 mujeres en el 2012, a 461 en el 2015. La mayoría de estas, tal como explican los especialistas, tiene como trasfondo la cuestión cultural de postergar la maternidad. Es decir, se trata de un procedimiento que, tal como decidió Salazar, sirve de planificación de la familia a futuro.
Es que en los tiempos que corren, la maternidad se ha postergado debido a cuestiones personales y profesionales. Las mujeres quieren dedicarse de lleno a su carrera profesional, hacerse su lugar, y recién ahí ser madres. En el país, de hecho, se calcula que el primer hijo en una escala social media, y media alta, se tiene entre los 28 y 29 años, y el último a los 38. Por lo que este tipo de procedimientos que permiten elegir el momento para ser padres, se vuelven cada vez más populares. Un fenómeno que en la Argentina, según datos del Centro de Estudios en Genética y Reproducción (CEGyR) se incrementó a partir del 2014. Tal como expone su director, Sergio Papier: “En Estados Unidos y en Europa está establecido que las mujeres congelen sus óvulos. Incluso hay empresas como Apple y Google que estimulan hacerlo. Y eso se empieza a ver acá, donde de 200 consultas, el 65% son por estos motivos sociales”.
Recomendaciones. En el país existen al menos 30 centros donde criopreservar, y el tratamiento se inicia con una serie de estudios y ecografías para determinar la cantidad de óvulos que una mujer puede llegar a obtener. Lo ideal, según explica el director de “Fundación REPRO” Sergio Pasqualini, es hacerlo desde los 30 hasta los 35 años. “Es una forma de planificar la familia. De poner a resguardo la fertilidad. Eso sí, es importante plantearse que por esto no se tiene el bebé asegurado”, advierte. El procedimiento consta de dos etapas. La primera es de estimulación ovulatoria con una medicación que se inyecta durante diez días. La segunda etapa consiste en una aspiración folicular, donde se extraen los óvulos en quirófano por vía transvaginal con anestesia. Es importante que la intervención se realice en una clínica o centro médico reconocido para garantizar la efectividad del procedimiento. De hecho, es importante tener en cuenta que esta intervención tiene un costo de entre los 18.000 y 36.000 pesos, al que hay que sumar la medicación, de unos 10.000 a 15.000 pesos. Luego, la cuota anual del mantenimiento del óvulo puede ir desde los 12 dólares –moneda con la que se manejan en varios centros–, hasta los 1.900 pesos. Si bien hay lugares que ofrecen descuentos, como “Fundación REPRO”, es importante tener en cuenta que las obras sociales no cubren estos gastos excepto en los casos oncológicos.
Polémica. Como todo tratamiento, el congelamiento de óvulos tiene su lado más controversial. Es que hace sólo cuatro años, la comunidad científica lo aprobó como un método no experimental. Al respecto, opinó la periodista Cristina Pérez, quien confesó no sentirse a gusto con este tipo de prácticas y generó un caliente debate: “Mi ginecólogo me habló de congelar óvulos. Le dije que no soy una oveja ni un cobayo de laboratorio”, sentenció. La primera en responderle fue la periodista Marisa Brel, quien recurrió a los avances de la ciencia para poder ser mamá de sus dos hijos. “Me parece horrible lo que dijo, porque realmente es un avance de la ciencia. Yo tuve a Timoteo con un óvulo de los 42 años y tengo un hijo maravilloso”, opinó la rubia.
La polémica no quedó ahí. Y fue la modelo Déborah de Corral la que volvió a encender el debate. “Soy una muchacha naturista y no me gustan los engendros de la ciencia. Es superválido que las mujeres congelen los óvulos, pero yo opto por lo natural”.
A favor o en contra, lo cierto es que habrá que acostumbrarse cada vez más a esta práctica, que según los especialistas, para el 2020, esta tendencia entre las celebrities se volverá a duplicar. Y será todavía más común para cualquier mujer apelar a un óvulo congelado hasta el momento adecuado de permitirle seguir su camino.
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