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ECONOMíA | 29-10-2016 00:00

Impacto de la elección de Estados Unidos en Argentina: Paciencia criolla

Gane Clinton o Trump, se esperan dos primeros años de gobierno proteccionista y después una vuelta a la negociación de tratados. 

El ministro de la Producción, Francisco Cabrera, vino este 26 de octubre a Washington a anunciar que la Argentina quiere negociar un tratado de libre comercio entre Mercosur y Estados Unidos, pero sus deseos tal vez deban esperar. La superpotencia está enfrascada en una campaña electoral que finalizará el 8 de noviembre y cuyos contendientes, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, han asumido un discurso proteccionista que les costará desandar tan rápidamente. Aunque en Estados Unidos recuerdan que Barack Obama llegó a la presidencia con críticas al libre comercio y acabó promoviéndolo, diversos analistas y funcionarios comentan que el próximo jefe de Estado deberá tomarse su tiempo, quizás dos años, para dar un giro semejante. Sobre todo tras una campaña en la que el Partido Republicano, a contramarcha de su tradición, ha elegido a un candidato proteccionista que dice que quiere renegociar hasta el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, según sus siglas en inglés), con Canadá y México, y que metió presión para que su rival dejara a un costado el pensamiento aperturista de su marido, el ex presidente Bill Clinton (1993-2001), y asumiera posiciones de las bases sindicales demócratas y de su oponente interno Bernie Sanders en contra del futuro Tratado Trans-Pacífico (TPP, según sus siglas en inglés), que negoció Obama y que incluye a 12 países de las dos costas de ese océano, incluidos Japón, Vietnam, Chile y Perú. Desde ya que el empresario Trump también rechaza el TPP, que aún debe ser aprobado por el Congreso estadounidense.

En un edificio con vista a la Casa Blanca, a sólo una cuadra de distancia, la Cámara de Comercio de Estados Unidos (Amcham, según sus siglas en inglés) está preocupada porque siempre ha sido pro republicana, pero esta vez su candidato la desconcierta. No por nada The Wall Street Journal abrió su edición del 27 de octubre con el título “La ola populista inunda el GOP”, siglas en inglés del llamado Viejo Gran Partido. “Desconocemos las perspectivas de Trump. Si gana Trump… ¿cómo hago para conseguir pasaporte argentino?”, bromea un empresario norteamericano que prefiere guardar el anonimato. “Pero todas las encuestas dicen que ganará Hillary. Confiamos en que ella apoyará el Nafta y el TPP. Lo hemos visto en los e-mails que se filtraron en Wikileaks. Pero primero habrá que esperar que el populismo baje y después veremos una Hillary más abierta… tomará su tiempo. Hay miles de trabajadores que ven el comercio internacional como la causa de la pérdida de trabajo. También hay críticas por el impacto ambiental del libre comercio”, continúa el ejecutivo. La ex primera dama cambió ya varias veces de opinión entre su paso por el Senado (2001-2008), su posterior función como secretaria de Estado del primer gobierno de Obama (2009-2013) y la actualidad.

En las tranquilas calles de Washington, en las que no se ve ni una pancarta de los comicios presidenciales, analistas comentan que nunca vivieron unas presidenciales tan dramáticas. “El resurgimiento del proteccionismo en Estados Unidos es real, no sé qué va a ocurrir en el próximo gobierno”, admite un ex asesor del Gobierno de Obama que también prefiere el anonimato. En una encuesta internacional de Ipsos figura que el 48% de los norteamericanos son proteccionistas. Los argentinos están terceros en el sondeo, con el 56%, detrás de Turquía y Rusia. “Hoy la Argentina y Brasil están más dispuestos a la cooperación económica con Estados Unidos, pero Estados Unidos está menos dispuesto. Si Trump ganara, no se sabe qué haría… sería más proteccionista, pero no podrá cumplir con todo lo prometido”, añade el confidente demócrata.

Daniel Fisk es un ex funcionario republicano que aún recuerda cuando le tocó tomar apuntes en la cumbre de Mar del Plata de 2005 en la que la Argentina, Brasil y Venezuela rechazaron el proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Sostiene que siempre Estados Unidos busca enfocar la relación con Latinoamérica en el comercio y “eso no va a cambiar”. “Trump y Macri serían dos hombres de negocios hablando de igual a igual”, prevé Fisk, que descarta votar al candidato de su partido porque no lo considera un verdadero republicano. Tampoco elegirá a Clinton. “Vamos a pasar dos años de histeria, pero después volveremos a la mesa de las negociaciones comerciales. Va a tardar dos años la aprobación del TPP, pero si tocaras el Nafta, habría un impacto porque los autos se hacen con partes de los tres países”, razona Fisk.

“El escenario más probable es que gane Hillary, el Senado se convierta en demócrata y la Cámara de Representantes siga siendo republicana, con lo que se mantendría un statu quo”, observa el analista Chris Jackson, de Ipsos. “El segundo escenario es casi igual pero con los republicanos manteniendo el Senado, con lo que tampoco habría grandes cambios. El tercero es que los republicanos ganen todo… no sabemos qué implicancias tendría. Trump tiene un discurso proteccionista, pero su partido no y sus negocios son internacionales. Quizá termine siendo pro libre comercio y antiinmigrantes”, especula Jackson.

En la burocracia de la administración norteamericana confían que es muy difícil “cambiar de rumbo a un gran crucero”. Recuerdan que los políticos que llegan al poder terminan virando al “centro” porque decisiones radicales “afectarían a muchos”.

En los organismos internacionales con sede en Washington recuerdan que en la crisis mundial de 2008 también se encendieron las ansias proteccionistas, pero con el tiempo se disiparon. No obstante, admiten que Trump les preocupa.

Cabrera, mientras tanto, vino a reunirse con la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Penny Pritzker. Antes habló en la Amcham. “Necesitamos una estrategia de acuerdos con Estados Unidos que al final será de libre comercio”, planteó el objetivo a largo plazo. Cuando se le preguntó sobre un eventual giro proteccionista del próximo Gobierno norteamericano, respondió: “Sería muy negativo que en el mundo se repita un período proteccionista como ocurrió entre las dos guerras mundiales. Somos optimistas de que la mayoría de las personas y las empresas reciban los beneficios de la integración, y el desafío es que les llegue a todos. Veo poco probable que haya reticencia de Estados Unidos a negociar con nosotros”. El libre comercio abarcaría también la desregulación de servicios y licitaciones públicas y más control de la propiedad intelectual.

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