Melania Knauss, la esposa de Donald Trump, será la primera "first lady" que haya posado alguna vez desnuda para un medio gráfico. Este es un detalle escabroso que los medios norteamericanos no pasaron por alto como tampoco la existencia de un medio hermano de la exmodelo, hijo extra matrimonial de su padre. La última mala noticia es que, según una investigación de The Washington Post, Melania fue una trabajadora ilegal, recién llegada a Norteamérica, justamente, algo que su propio marido prometió combatir en la campaña.
Esta bella mujer de 46 años nacida en la ex Yugoeslavia es la tercera esposa de Trump (luego de la checa Ivana, de quien se divorció con gran escándalo y de Marla Maples) y madre del quinto hijo del empresario, Barron, de 10 años. Su perfil fue bajísimo hasta ahora, excepto cuando en julio plagió un discurso de Michelle Obama en la Convención Repúblicana. Hasta que los especialistas se dieron cuenta, Melania estaba haciendo un excelente papel. Justamente, podía vérsela como un contrapunto frágil y femenino de la agresividad incontenible de su esposo.
En cuanto a su estilo de vestir, Melania ya tiene fanáticas. Cada uno de sus looks es repetido y copiado hasta el infinito. La ex modelo tiene a su favor una silueta deslumbrante, unas piernas perfectas y un rostro armonioso. Su vestuario incluye vestidos sobrios, ajustados en la cintura y largos hasta la rodilla. Podría decirse que su guardarropa es muy clásico, si no fuera porque sus curvas transforman cualquier vestido negro en un outfit ultra sexy.
Usa el pelo muy largo, con algunos reflejos rubios y un maquillaje sobrio. Su color preferido es el blanco y le encantan los stilettos altísimos.
Tal vez Melania no sepa expresarse en un inglés florido ni tenga el carisma irresistible de Michelle Obama, pero en las revistas de moda tendrá siempre un lugar de privilegio y es probable que con el tiempo se convierta en un respetado ícono fashion.
por Adriana Lorusso
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