Hace algunos años se viene gestando una especie de revolución francesa en el sector automotor que se refleja en un terreno que era patrimonio de italianos y alemanes: el diseño. Renault se sube a esta tendencia con un nuevo producto que entra por los ojos, el Captur que es una combinación de SUV con familiar con soluciones de espacio y confort. Este modelo llega procedente de Brasil y se basa en la misma plataforma del Duster a diferencia del francés que basa su arquitectura en el Clio IV.
El Captur toma de lleno el estilo de diseño actual que la marca francesa imprime a sus modelos en el Viejo Continente.
Puertas adentro el Captur se diferencia de Duster por el tablero de instrumentos que combina indicadores de aguja con uno digital y la pantalla táctil del sistema multimedia que se encuentra ubicada más arriba. Al interior se lo percibe bien aunque todos los materiales de la plancha de a bordo y de las puertas son rígidos. El interior es amplio y la posición de manejo es elevada aunque falta la regulación en profundidad del volante. Atrás ofrece un óptimo espacio en altura y también para las piernas. Lo mismo aplica para la capacidad del baúl que es buena.
Por ahora solo se ofrece con el conocido motor de 2.0 litros y 143 caballos con una caja de cambios manual de seis velocidades. La respuesta es satisfactoria tanto en la ciudad como en la ruta. Queda en deuda con una caja automática algo que si se ofrece en Brasil.
El confort de marcha es otro aspecto destacable sobre todo en empedrados donde se muestra sólido y mitiga de forma efectiva las irregularidades del suelo. Es maniobrable aunque la dirección nos resultó algo pesada.
En términos de seguridad este Captur marca la gran diferencia al sumar control electrónico de estabilidad y airbags laterales.
Se ofrece en dos versiones, Zen a $ 415.000 y Intens a $ 450.000 pesos. Esta última nos resulta algo cara si consideramos que por valores similares se accede a modelos SUV con caja automática o sedanes medianos más equipados.
por Augusto Brugo Marcó*
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