La discriminación está al tope de las temáticas en estos Oscars. No solo para los negros, y para los musulmanes (excluídos de la ceremonia tras el veto de Donald Trump). Pero también para los gays.
Los activistas dice que hay menos gays declarados ganadores de estatuillas que negros. Y tienen razón. La cuenta asciende a 12 contra los 15 recibidos por actores afroamericanos. Entre los más reconocidos están Elton John (por “Can you feel the love Tonight?” para el clásico de Disney “El rey león” en 1994); Alan Ball (el creador de “Six Feet Under” y “True Blood”) que se levó el Oscar a Mejor Guión en el 2000 por “American Beauty”.
Tom Daley fue premiado por el guión de “Milk” en 2009; Melissa Etheridge, que ganó en 2006 por “I Need to Wake Up”, tema musical del documental “An Inconvenient Truth”; Jodie Foster (“The Accused” y “El silencio de los inocentes”); y Bill Condon, director de “Dioses y Monstruos” en 1998.
Pero “ningún hombre declarado abiertamente gay ha ganado el Premio Oscar a Mejor Actor”, como bien apunta Ian McKellen, el legendario Gandalf cinematográfico. “Me pregunto si eso es el prejuicio o el azar. Tom Hanks, Philip Seymour Hoffman y Sean Penn han ganado el Oscar por interpretar a hombres homosexuales. ¿Y qué tal si me dan un Oscar a mí por interpretar a un hombre heterosexual?”, dijo enojado en una entrevista al diario británico The Guardian.
“Si estás intentando hacer carrera, como hispano o negro, en un estado (California) donde los blancos ahora son minoría, y eres juzgado por una Academia donde la gran mayoría son blancos, varones y de mediana edad o viejos… bueno, pues tal vez ese sea el criterio equivocado”, disparó el Magneto de X-Men, enojado con la Academia de Hollywood.
La temática gay claramente ha sido eludida por los Oscars a la hora de los premios. Cierto que Hanks lo ganó por “Filadelfia”. Pero la película de Jonathan Demme no fue elegida como mejor película. Igual suerte corrió “Milk” (de Gus Van Sant), con Sean Penn. “Secreto en la montaña”, sobre el amor prohibido de dos vaqueros, se llevó el premio a Mejor director (Ang Lee), pero no el de Mejor Película (algo inusual).
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