Hoy la canciller Susana Malcorra adujo motivos personales para alejarse del cargo: aseguró que quiere pasar más tiempo con su familia, radicada en España. Esta razón ya la había alejado de la cancillería en las últimas semanas, donde el vicecanciller, Pedro Villagra Delgado, había cobrado algún protagonismo. Sin embargo, no será él quien la suceda en el Palacio San Martín.
Ex embajador en Australia, país del que Argentina pretende copiar el modelo y tener como socio estratégico (en días vendrá de visita la canciller australiana a nuestro país), Villagra Delgado es un diplomático con más de treinta años de carrera. Pero no fue tenido en cuenta para la promoción: aseguran en Cancillería que es más por una cuestión de imagen que por su trabajo como embajador en Australia durante el kirchnerismo. Lo cierto es que no hay romance con el riñón macrista.
El cargo de Malcorra recaerá en Jorge Faurie, también de larga experiencia y actual embajador en Francia. Cercano al presidente, durante la complicada transferencia de mando entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri , fue Faurie quien actuó como jefe de protocolo, secundado por Ana Moschini, la secretaria de Macri que fue su niñera. Antes, desempeñó el puesto de jefe de protocolo durante el gobierno del ex presidente Carlos Menem, fue embajador en Portugal y vicecanciller de Carlos Ruckauf.
Su estreno internacional será en apenas un mes: asistirá a Macri en la reunión del G-20 a realizarse los días 7 y 8 de julio en Hamburgo, Alemania.
La novela de Malcorra
La renuncia cierra una novela de amagues desmentidos iniciada en noviembre del año pasado, tras la derrota de su candidatura para llegar a la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y la mala diplomacia en la relación con EE.UU. tras la victoria electoral del republicano Donald Trump en Estados Unidos (manifestó su favoritismo por la candidata demócrata Hillary Clinton). Secundarios, pero no menos importantes, fueron abultados los gastos (1.309.000 pesos) invertidos en pasajes y viáticos para su trunca campaña para conseguir el sillón de la ONU. Se cree que un obstáculo para su nombramiento habría sido su rol en un escándalo por pedofilia en la organización.
Tal como anunció Noticias en diciembre de 2015 y confirmó en mayo de 2016, Malcorra había pactado con Macri tomar el puesto de canciller por un tiempo limitado, condicionado a su candidatura en la ONU. La de hoy no es la salida que ella había imaginado.
por Flavio Compte Topazio
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