La sociedad digital ahora va por el pilar de toda economía: la representación del Valor. Desde los inicios de la historia encontrar cómo representar valor fue algo esencial y a medida que se lograban soluciones el intercambio del comercio ayudó a que las sociedades evolucionen de forma acelerada. Pero fue Richard Nixon, el presidente norteamericano, quien en la década del 60 le dio un duro golpe al concepto de papel moneda: estableció que el dólar ya no fuera más convertible en oro. Sin entrar en detalles técnicos, el dólar, la moneda clave de intercambio a nivel mundial, es sólo un papel pintado no convertible a nada, pero sostenida en una enorme dosis de confianza en la economía norteamericana. Tras la crisis de las hipotecas subprime, la reserva federal emitió billones de dólares y muchos se preguntaron hasta dónde podrá seguir la fiesta monetaria.
Confianza. En la sociedad digital entendieron que el Valor necesitaba de un nuevo representante, uno que no dependa de los caprichos del gobierno de turno, un nuevo patrón para representar Valor que esté disponible en todo el mundo. Ese patrón ni siquiera debía ser valioso por sí mismo ni siquiera debía importar quién lo creó. Lo crucial, eso sí, era crear confianza, una confianza que no dependa de nadie. Y es así que alguien, cuya identidad se desconoce, subió en 2008 un White paper (una explicación técnica pero fácilmente entendible por expertos) a la red dando nacimiento simultáneo a dos hechos: una tecnología conocida como Blockchain o cadena de bloques, y la primera criptomoneda que la utilizó: Bitcoin.
“La moneda es análoga a un billete físico hay que guardarlo en un lugar, puede ser en la computadora personal o en un servicio en la nube conocidos como wallets (billetera en inglés). Y se poseen un par de claves, una pública y otra privada. La privada solo la conoce el dueño y la pública es la que se le da a conocer a la otra parte para realizar las transferencias”, señala Diego Gutiérrez Zaldivar, presidente de la ONG Bitcoin Argentina. Si se pierde la clave privada o la computadora personal se rompe o la roban no se pueden recuperar los bitcoins. Ese es un punto a favor de usar los servicios de nube. Hay quien hace unos años perdió su notebook con 5.000 BTC y se reía en las conferencias de bitcoins contando la anécdota, el valor de mercado en ese momento eran unos US$ 2.000 aproximadamente, el valor de su portátil. Hoy son US$ 200 millones de dólares. Dicen que ya no se ríe más ni cuenta la historia. Es que bitcoin quebró todos los pronósticos comenzando a cotizar por fracciones de centavo, en 2009, hasta el récord de los US$ 4.000 alcanzados en la actualidad.
“En Argentina hay una ebullición por el tema ya que es un país que siempre ha sufrido con su política monetaria. Aquí, el Banco Central suele cambiar las reglas de mercado de forma drástica y arbitraria, limitando el apetito de inversión a largo plazo. El nacimiento del Bitcoin permite pensar en nuevas formas de inversión más independientes de nuestra política pendular histórica”, afirma Daniel Nofal accionista de IPlan.
Fama. El valor de mercado y la fama de bitcoin fueron creciendo de tal forma que muchos comercios la aceptaron y en la actualidad prácticamente cualquier cosa se puede comprar en BTC: desde una casa hasta una mascota. Pero la realidad es que la moneda no se usa tanto con esos fines sino como una manera de resguardar valor, como se hace con las monedas de oro. El uso transaccional sí aparece en la darkweb, la web oculta donde las direcciones no son públicas como las que se accede desde el navegador. Ahí sí hay transacciones para temas como drogas, secuestros, asesinatos y todo tipo de servicios ilegales. También esta modalidad ocupó los titulares con wannacry, un malware que secuestró miles de computadoras en todo el mundo encriptando su información que sólo liberaría mediante el pago de un rescate en bitcoins.
Con ocho años en el mercado ya no se puede decir que se trate de una moda pasajera al estilo de PókemonGo. Sin embargo, la moneda vivió su gran momento de incertidumbre hace dos semanas cuando se fragmentó en dos versiones: Bitcoin y Bitcoin Cash. El gran éxito de la moneda obligaba a una actualización tecnológica para poder realizar más transacciones en menos tiempo. Pero, como en este sistema no hay una autoridad central que autorice el cambio, los diferentes nodos de la red deben autorizar la mejora por consenso.
Sin embargo, hubo un grupo que no aceptó el cambio con lo cual la cadena del bitcoin se abrió en dos nuevas monedas. “El valor de mercado de ambas monedas -los propietarios pasaron a tener la misma cantidad de BTC y bitcoin cash- en lugar de bajar como se temía siguió subiendo y alcanzó un nuevo record histórico. La subida puede estar relacionada con que la separación de las monedas no alteró el funcionamiento de Bitcoin y, por lo tanto, se desarticuló el temor que tenían los mercados de que el hardfork (el quiebre) fuera una amenaza para la continuidad del Bitcoin, en paralelo se activó Segwit la mejora tecnológica que llevaba dos años de espera”, comenta Gutiérrez Zaldivar.
Ideas. Cabe destacar que Bitcoin es sólo una criptomoneda entre las muchas posibles. En la actualidad hay mas de mil monedas que utilizan su propia implementación de blockchain. Esta tecnología se conforma por una cadena de bloques que no se pueden modificar una vez publicados y que están enlazados a un bloque anterior. “Blockhain nos permite generar confianza dentro de la red en múltiples niveles cuyos usos van mas allá de lo que es una moneda”, comenta Pablo Junco, director de desarrollo de negocio en Microsoft. De hecho, estas cadenas se pueden utilizar para usos totalmente innovadores. “Me sorprende la idea de Smart Contracts o contratos inteligentes: la posibilidad de fijar un algoritmo de cobro/pago que se ejecuta en forma automática. Puede servir en grandes empresas para procesos internos, como pagos intercompany y para empresas pequeñas puede ser la manera de ampliar su operatoria comercial bajando costos y riesgos”, dice Nofal. Entre otros usos experimentales que se están viendo se encuentra un exps como Crowdjury una plataforma web que permite resolver disputas de manera rápida, económica y transparente. Para esto, utiliza una combinación de tecnologías como blockchain, crowdsourcing e inteligencia artificial. “Si Julia desde la argentina contrata a Miguel de Guatemala a través de una plataforma de freelancers y hay conflicto, no hay una solución sencilla. Ir a un abogado en Guatemala es demasiado costoso. Ahora si el contrato firmado inicialmente tenía una cláusula que dice que, ante cualquier conflicto, éste se va a dirimir en Crowdjury. El acuerdo y el producto son enviados automáticamente a un jurado de expertos que tienen las habilidades adecuadas para evaluar la evidencia. Cada jurado analiza las pruebas y vota quién tiene razón.
La elección de los jurados se hace con conceptos avanzados de teoría de los juegos, para asegurarse de que son elegidos de manera completamente transparente y que tienen los incentivos correctos para votar al que realmente tiene razón (y no ser sobornados). La tecnología que permite que los jurados sean elegidos de manera transparente es justamente el blockchain'”, ejemplifica Federico Ast CEO de Crowdjury.
Los nuevos usos que se van encontrando desde la aparición de Blockchain hacen que muchos estén pensando en el surgimiento de una nueva Internet que podría amenazar o, al menos, cambiar a las autoridades centrales de Internet en este momento, es decir con Google y Facebook en primer lugar. Es que estas empresas monetizan el contenido y las actividades que genera el usuario sin que esos reciban nada a cambio. Muchas de las nuevas ideas se están pensando en el sentido de crear recompensas más acordes al valor que cada uno aporta. La tecnología es tan flexible que cada empresa podría crear su moneda. Es más, cada usuario en particular lo podría hacer. De acuerdo al valor que se aporte esa moneda tendrá éxito o no pero potencialmente puede haber tantas monedas como personas, algo totalmente imposible hace solo pocos años atrás.
Estamos en un nuevo mundo donde cada persona puede ser su propio canal de TV con Facebook Live o Periscope y hasta el emisor de su moneda. Por supuesto los modelos que prevalecen son los descentralizados donde no hay una autoridad que emitirá mas moneda. Bitcoin está limitado a 21 millones de unidades. No se pueden emitir más. Y todo el sistema descansa en la misma criptografía que se usa para proteger las transacciones bancarias del dinero normal. En definitiva todo se apoya en la conjetura que afirma que la descomposición de un número en sus números primos (los que son sólo divisibles por el uno y sí mismos) es un problema matemático difícil y las computadoras no lo pueden resolver. No pasaron muchos días desde que el mundo se sacudió con la demostración del matemático Norbert Blum de que esto es realmente así, si los expertos lo verifican el mundo estará más tranquilo. Probablemente tantas cosas nuevas apabullen a más de un usuario, “como cualquier tecnología disruptiva siempre hay escepticismo para empezar. Sin embargo como nos ha enseñado internet sólo los que se adapten al cambio tendrán éxito a largo plazo”, pronostica Javier Etcheverry, director de transformación de negocios de Oracle. En las culturas más diversas se dio con la idea del oro, algo que no es útil por sí mismo, para representar valor. Luego apareció el papel moneda, y tuvieron que pasar unos 2.000 años para la nueva revolución que promete esta tecnología que brinda confianza y permite representar valor en la red. El salto hacia la Web 3.0 será formidable: a usted sólo le queda encontrar su valor en el mundo.
por Pablo Wahnon
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