Pensar en innovación y competitividad parece difícil para las
empresas locales, sumergidas en disputas sindicales, cambios
regulatorios o altos costos. Sin embargo, salir de ese
“coyunturismo es el principal desafío para comenzar a innovar”,
aseguró Santiago Murtagh, presidente de la red sobre excelencia
competitiva EXC. Murtagh habló el 30 de agosto en el primer
foro sobre innovación y competitividad, que reunió a empresas,
academia y Gobierno para abordar retos de la gestión en las
organizaciones en el Ministerio de Ciencia.
“La innovación está al alcance de todos, debemos descubrir lo que
nos diferencia del resto y generar innovación sobre esa piedra
angular”, recomendó el jefe de EXC. Las jornadas sirvieron de
marco para lanzar el Premio Nacional a la Calidad en Gestión de
la Innovación, que distinguirá en 2018 a las compañías que
muestren resultados exitosos en ese aspecto. Además, se
presentaron herramientas que usarán “los empresarios para
navegar estos tiempos de cambios de paradigmas, consumidores
desafiantes e incertidumbres macroeconómicas”, agregó Murtagh.
Ocurre que los relevamientos de la red indican que las compañías
tienen interés en innovar “pero no encuentran mecanismos
formales para hacerlo”, reconoció Jorge Ferreiro, director de
innovación de EXC.
El camino del emprendimiento. “La Argentina pasó de próspera a
superada por sus vecinos regionales porque sufrió la caída del
precio internacional de productos que exporta”, sostuvo Jorge
Guzmán, profesor de la Sloan Business School del Massachusetts
Institute of Technology (MIT), uno de los disertantes
internacionales del foro. Por eso, consideró, el país necesita una
nueva estrategia de política económica direccionada a
emprendimientos regionales basados en innovación: “En lugar de
competir con otras regiones por recursos y mercados, cada una
busca su ventaja comparativa y se apoya en los factores que la
hacen única. Porque cuando cada región se enfoca en esos
elementos que la diferencian para competir, el crecimiento en
toda la región es generalizado”. Sin embargo, alertó que los
riesgos pasan por “ser impacientes con una transición de este tipo
y querer enfocarse en cada área, no sólo en las que tenga ventajas
competitivas”.
Competitividad y formación profesional. Durante el panel
centrado en competitividad, fue Marcelo Baccini, gerente
comercial de Ternium, quien dijo lo que todos los empresarios
murmuran: “Somos un país caro y poco productivo”. Y
ejemplificó: “El costo laboral argentino es de 18 dólares por hora,
mientras que en México y Brasil es de 8 y 13, respectivamente”.
Alberto Schuster, de la consultora Abeceb, añadió que “el desafío
argentino es mejorar la productividad y trabajar en su capacidad
asociativa”. Consultado por la implementación de robots o
inteligencia artificial para mejorar la situación, el especialista
aclaró que nadie duda de ese futuro: “Pero no podemos dar saltos
de gigante cuando aún no resolvimos temas como la inflación que
nos impiden ser competitivos”. La única solución, según él, radica
en trabajar la cadena productiva: “Esta vez no nos salva una
devaluación sino la productividad de la cadena integral”.
En ese sentido, el experto en educación Alejandro Bernhardt, de
Esade Business & Law School, y el economista Eduardo Levy-
Yeyati, de la Universidad Torcuato Di Tella, coincidieron en que
es clave pensar la educación y el trabajo del futuro para preparar a
los alumnos desde la escuela. Además, pronosticaron que las competencias más reclamadas por las empresas serán aquellas
vinculadas a la empatía y el relacionamiento, o sea, habilidades
blandas que hoy no son núcleo de la formación en management.
Asimismo, reclamó Levy-Yeyati que “el empresariado nacional
aún no entendió que donde más puede aportar valor es en la
formación profesional, y esa debería ser la nueva responsabilidad
social empresaria”.
Talento, cambio y gobierno corporativo. Otra conclusión del foro
fue la importancia de contar con un buen gobierno corporativo
como diferencia competitiva, sobre todo en pymes. Para Marcos
Ayerra, presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV),
“es un gran paso en la sustentabilidad de las organizaciones y los
inversores profesionales del mundo lo exigen, aunque en la
Argentina no está desarrollado”. Andrea Grobocopatel, ahora
directora en la Fundación Flor, recordó la historia de la sojera Los
Grobo: “De ser pyme, pudimos pasar a gran empresa por pensar,
justamente, en gobierno corporativo. Es un salto que das con
buenas prácticas y un buen directorio”.
Sobre la gestión del talento, Karina Neter, gerente del área en
Molinos, confesó que es “muy laborioso trabajar en el desarrollo
de la gente sin vulnerar el compromiso y, para eso, es importante
las capacidades y puntos débiles de cada uno”. En tanto que
Guillermo Willi, chief people officer de Globant, recomendó a los
directivos que “se animen a generar confianza con su gente para
lograr comunicación sin temores y desechar modelos prefijados”.
Para Verónica Carabajal, responsable de desarrollo en Unilever,
las acciones sobre comunicación y reconocimiento “nunca
parecen suficientes, por lo que las empresas apuestan mucho a
herramientas que den visibilidad a las personas que destacan”. Por
último, Ricardo Cruz, director de unidades de negocio en
Andreani, aseguró que “cuando se piensa en innovación se
vinculan cambios rupturistas donde ocurren ideas transformadoras
que generan modificaciones hacia el futuro” y, en la actualidad, la
gestión del cambio debería centrarse en dar “mayor participación
a los colaboradores, recuperar el lugar de aquellos que manejan las operaciones diarias y agregar valor al desempeño, haciéndolos
partícipes de la totalidad de los procesos”.
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