Joven hippie y anarquista con interés por la causa mapuche se enfrenta con las fuerzas de seguridad en una lucha que no es suya, y muere. Olvidada hasta por su familia, su vida toma de pronto relevancia pública, y se convierte en mártir, ícono de pintadas callejeras y canciones punk. ¿La sinopsis del film de Santiago Maldonado? No. La trama de “Amor y Anarquía”, la película que Agustina Macri, hija del Presidente, planea llevar al cine. Basada en el libro de Martín Caparrós del 2003, reconstruye la vida de María Soledad Rosas, la argentina que se convirtió en símbolo de los okupas europeos.
Rosas. Desde la adolescencia se había apasionado con la causa indígena. “Memorias del fuego”, de Eduardo Galeano, la había inspirado a escribir una obra de teatro sobre el destino desgraciado de los indios. Y en ese proceso, había descubierto también sus orígenes: descendía de la relación entre el restaurador de las Leyes, Juan Manuel de Rosas, y una india mapuche que fue su concubina.
Odió el apellido que la vinculaba a ese ancestro aniquilador de indígenas, y se vinculó más con su ápice de sangre mapuche, asistiendo a encuentros de indios argentinos en Villa Gesell con su novio Gabriel (un hippie al que su mamá llamaba "el indio"). María Soledad era una chica de clase media que vivía en Palermo y había estudiado Hotelería. Pero sólo porque quería viajar. Cansada de pasear perros, aceptó la sugerencia de su familia de viajar a Europa para ver si encontraba algo que hacer.
Okupas. Llegó a Turín en agosto de 1997, y pocos días después terminó por referencias en El Asilo, una comunidad okupa. Ahí encontró su grupo de pertenencia, y abrazó su vida y militancia, que la llevaría a terminar presa junto a su novio Edoardo, cuando protestaban contra la construcción de un tren de alta velocidad que destruía campos y cultivos. “No queremos terminar como los indios de las reservaciones”, gritaban cuando los detuvieron. Los confundieron con miembros de un grupo armado (Los Lobos Grises) y los procesaron por “asociación subversiva con finalidad de terrorismo”. Edoardo se suicidó en la cárcel y al poco tiempo también lo hizo ella, en su habitación en un refugio para adictos donde cumplía arresto domiciliario.
“Es una historia de amor, un Romeo y Julieta actual, basado en el libro de Caparrós. Nosotros adquirimos los derechos”, le explicó a NOTICIAS Rodrigo Vila, dueño de Cinema 7 Films, la productora para la que trabaja Agustina Macri. La película de la hija presidencial tiene asignado un crédito del INCAA pero “apenas cubre los gastos de sueldos”, y por eso todavía espera para filmarse.
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