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SOCIEDAD | 07-03-2018 12:23

La dieta best-seller del metabolismo acelerado

El libro batió el récord de ventas después de que Malena Guinzburg mostró su nueva figura. Plan tiránico. Las críticas de los expertos.

Con miles de copias vendidas, es uno de los libros del que está hablando todo el mundo. Tanto por los beneficios que asegura como por sus polémicos consejos. Ocupa el segundo lugar en el ranking dentro del género de no ficción (ver recuadro) y ha ganado lugar dentro de la cocina de los famosos, que lo siguen como si se tratara de una Biblia alimentaria. Se trata de “La dieta del metabolismo acelerado” de Haylie Pomroy, un régimen que saltó a la fama gracias a la humorista Malena Guinzburg, que confesó haber adelgazado 5 kilos en 28 días, siguiendo la propuesta de esta nutrióloga estadounidense.

Pero la panelista de “Morfi” (Telefe) no es la única famosa que la sigue. La periodista Nancy Pazos también vio cambios en la balanza después de haberse puesto a combinar proteínas con carbohidratos. A nivel internacional, los artistas Jennifer López, Reese Witherspoon, Cher y Robert Downey Jr. también se sumaron a esta dieta y aseguraron notar beneficios para su salud. Ahora bien, este plan, que según su autora promete un descenso de peso de hasta 10 kilos en tan sólo cuatro semanas y ser “la última dieta que harás en tu vida”, genera controversia entre los médicos y nutricionistas. Es que Pomroy, que se hace llamar “la gurú del metabolismo”, asegura que la clave de su plan alimentario radica en activar este proceso del cuerpo a través de la combinación de distintos grupos de alimentos, que establece de forma casi matemática. Una teoría que los especialistas desmienten y acusan de ser una simple movida de marketing para vender algo que ya se ha visto. “No es una dieta nueva. Hace ya 120 años se hicieron todas las combinaciones posibles. Esto es ponerle un nombre distinto a lo que se viene haciendo y no tiene demostración científica”, asegura el médico especialista en obesidad y nutrición Alberto Cormillot (ver recuadro).

El metabolismo como clave. Para sostener esta creencia, Haylie Pomroy, que dedicó gran parte de su carrera al estudio de los animales (ver recuadro), parte de una teoría sobre la forma en la que se alimenta a los caballos para lograr, por ejemplo, mayor musculatura. Para que el metabolismo “actúe de forma eficiente”, dice, ella propone la rotación sistemática de alimentos definidos en días específicos y horas estratégicas para estimular determinados órganos del cuerpo como el hígado, la tiroides, la suprarrenales (que regulan el estrés), entre otros. Para ello, propone hacer un ciclo de 28 días dividido en tres fases distintas para cada una de las cuatro semanas de tratamiento. Aquí importan los nutrientes, no contar calorías, explica, porque lejos de lo que la mayoría de los especialistas asegura desde hace años, según ella, “es falso que para bajar de peso basta con comer menos calorías”.

La gurú asegura que, de esta forma, se “sana” el metabolismo y se logran bajar los niveles de colesterol, la presión sanguínea y el azúcar en la sangre. Así se llega a uno de los puntos más engorrosos de la dieta: qué se puede consumir, qué no y cuándo. En la primera fase (ver infografía), siempre según la autora, la función de los alimentos sería bajar el estrés. Los carbohidratos y el azúcar y por consiguiente las endorfinas, las hormonas encargadas del placer. Por eso, en los dos días que dura esta etapa, la persona debe consumir alimentos altos en carbohidratos (arroz, quinoa, avena) y azúcar, verduras, poca cantidad de proteínas (carnes magras, blanca y huevo sin yema) y nada de grasas (como el aceite de oliva y la palta). El trigo y el maíz están prohibidos en esta dieta. En cuanto a los alimentos con azúcar, sólo se consideran las frutas (el azúcar refinada está vedada en este plan), con excepción de la banana y la uva que tienen un índice glucémico alto. Así, se debe combinar estos alimentos durante el día en las tres comidas principales y las dos colaciones que indica este plan. Todo, según Pomroy, debe cumplirse a rajatabla.

En la segunda fase, en cambio, la nutrióloga explica que, durante los dos días siguientes, la intención es que los “alimentos desbloqueen la grasa almacenada y generen músculo”. Por eso, haría mayor foco en los alimentos altos en proteínas y en aquellos que estimulen el hígado, que ella dice, ayudara a “liberar la grasa”. Además, se deben consumir verduras de hojas verdes que son alcalinas. Las frutas y los carbohidratos están prohibidos en esta etapa, mientras que las grasas también deben ser bajas.

El último tramo de la dieta, la tercera fase, que incluye los últimos tres días de la semana, tendría la función de “desatar la combustión”, es decir, quemar caloría. Por eso, se combinan alimentos de las fases anteriores, a la vez que se suman las grasas saludables que también pueden estar en las proteínas, como es el caso el salmón. Como si esto no fuera demasiado complejo, la nutrióloga explica que se debe desayunar dentro de la primera hora de haberse levantado, comer cada tres horas, preferentemente, alimentos orgánicos. También están prohibidos los lácteos, las frutas secas y abrillantadas, los alimentos light y los edulcorantes, excepto la stevia.

Adelgazar por aburrimiento. Al tratarse de una dieta tirana, donde todo parece estar milimétricamente pensado, el tedio es uno de los puntos que incluso quienes la hacen, como Nancy Pazos o Malena Guinzburg, reconocen. “Es una dieta en la que te tenés que ocupar mucho, es incómoda, pero a mí me funcionó“, cuenta Guinzburg. “Para no confundirme tengo tres carpetas. Te implica una gran laburo mental, una hora y media al día se la dedico a cocinar. Terminás adelgazando porque te aburrís”, cuenta Pazos, quien asegura haber bajado18 kilos. La periodista, además, explica que en su caso se atiende con una médica argentina que adaptó el método de Pomroy con los alimentos disponibles en el mercado local.

“Dividir en etapas lo único que hace es que la gente esté atenta y no se dé cuenta que es lo mismo de siempre. Es muy estimulante bajar mucho, pero toda vez que bajes más del 1% de tu peso por semana, estás disminuyendo músculo, agua y hueso”, agrega la médica especialista en nutrición, Mónica Katz. A la vez que advierte sobre el famoso efecto rebote una vez pasados los 28 días de este plan alimentario. “Tu cerebro no sabe que estás a dieta, sino que cree que sos pobre y pone a funcionar el modo ahorro. Y las deudas de hambre se pagan con comida”, explica.

Por otro lado, la licenciada en nutrición Laura Romano desmitifica el hecho de que sean los alimentos los que aceleren el metabolismo y, de esta forma, se adelgace. “Los alimentos afectan entre un 10 y 12% en el metabolismo. Es algo mínimo. La clave es la masa muscular, cuando la aumentás, el metabolismo se acelera en un 20%. De esta forma, incluso en reposo, se llegan a quemar entre 150 y 200 calorías”, expone. Por último, Romano indica que para que toda dieta asegure resultados a largo plazo “lo mejor es comer saludable. Hay que bajar la cantidad de alimentos, la grasa en ellos y hacer ejercicio para aumentar el metabolismo y así aumentar el gasto de energía. No hay ningún otro secreto”.

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