Los cuadernos de Oscar Centeno produjeron un cimbronazo en el mundo político. Con su registro, el chofer de Roberto Baratta, ex mano derecha de De Vido, dejó en evidencia el sistema de coimas K que, según sus anotaciones, terminaban en su mayoría en el departamento de Néstor y Cristina Kirchner, en Juncal y Uruguay. Ese inmueble es el que, desde que dejó la función pública, habita la ex presidenta.
Hoy está en el centro del debate en el Senado. Si la Cámara Alta habilita, la Justicia podrá ingresar a revisarlo. Cristina ya avisó que no tiene problemas en que eso suceda, pero con ciertas condiciones.
Sin embargo, no es el único inmueble de la ex presidenta. Si lo que se busca son bóvedas, cajas fuertes y otros espacios donde se podrían haber guardado bolsos de dólares, los demás domicilios de la familia presidencial tienen el número puesto para futuros allanamientos.
Su casa de El Calafate, su lugar en el mundo, del barrio Chacras sobre la calle Los Tehuelches y su domicilio de calle Mascarello en Río Gallegos son dos inmuebles donde suele pasar tiempo en el sur.
Cerca de su domicilio de Recoleta, en Puerto Madero, la ex presidenta tiene un dúplex desocupado. Desde que lo dejó de alquilar Cristóbal López, nadie quiere pagar los 14 mil dólares que piden por los 600 metros cuadrados del departamento.
Hay muchos inmuebles que, sin estar a nombre de la ex presidenta, estarían relacionados con el patrimonio K. La abogada de Margarita Stolbizer, Silvina Martínez, presentó ante la Justicia un video donde se puede apreciar una bóveda en la inmobiliaria que manejaba Máximo Kirchner en Río Gallegos.
La ventaja para los jueces: los departamentos que no están a nombre de la ex presidenta pueden ser allanados sin permiso del Senado, porque sólo a ella le corresponde el fuero. No estaban nombrados en los cuadernos de Centeno, pero en el camino de encontrar el dinero de la presunta corrupción K en Comodoro Py deberán salir a buscar con lupa el rastro de los dólares.
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