Hasta el primer día de agosto Hugo Martín Larraburu era un ignoto joven politólogo. Pocos lo conocían en su Bahía Blanca natal, de donde se había ido para estudiar a la UBA a sus 18 años, y dentro del Estado había pasado como el secretario personal de Juan Manuel Abal Medina, pero no era un cuadro político ni se movía por las suyas.. Por eso a la hermana de Larraburu, la única de la familia que también vive en Capital, le costó asimilar la noticia que le contó el portero del edificio del asistente del ex jefe de Gabinete K, en la calle República Árabe Siria: Martín había sido detenido. Era cuestión de tiempo a que un medio como NOTICIAS mostrara, por primera vez, el rostro del otro hombre que, como el chofer Oscar Centeno, llevaba un registro detallados de los millones de dólares que veían pasar.
¿Tragedia o farsa? Martín heredó el primer nombre de su padre, famoso por ser uno de los últimos martilleros de hacienda de su ciudad natal, pero nunca le gustó demasiado. Prefiere el segundo, o su apodo, "Tilín". El sobrenombre le llegó en su infancia, en la que compartió cientos de horas de amistad y estudio con Desiré Cano, ex vocera del bloque FPV y esposa de Hernan Reibel, hombre fuerte de la comunicación de CFK y cercano a Máximo. El mundo es un pañuelo: el día en que detuvieron a "Tilín", junto a una docena más de personas involucradas en el escándalos de los cuadernos, Damaso Larraburu, primo del padre del ex secretario, histórico político de la zona y ex diputado, escuchaba en la radio a Luis Alberto Cano, famoso periodista bahiense y padre de Desiré. Fue el locutor quien contó la noticia al aire y por el que se enteró Damaso que su familiar estaba detenido. Los Larraburu, cuentan en Bahía, en especial el círculo chico de Martín, no son para nada peronistas y para muchos son conservadores.
Martín Larraburu estuvo detenido dos semanas en Ezeiza, en el módulo 6, donde están los otros funcionarios K. “Tilín” fue imputado como partícipe de una asociación ilícita luego de que Centeno lo mencionara en sus cuadernos como “Martín de Presidencia” que entre agosto y octubre del 2013 recibió, en 15 ocasiones, bolsos de dinero que iban desde los 170.000 dólares a 800.000. Según Centeno, una de esas transacciones, la del 5 de septiembre, fue con “el conocimiento de la Presidenta”. Larraburu, coordinador de la Unidad Técnica de la Jefatura, recibía el dinero para llevárselo a Abal Medina, a quien había conocido a principios de la década en la Facultad de Sociales, -donde fundaron “La Mandrágora”, una agrupacion universitaria- y quien había sido la persona que lo metió en el Estado. De hecho, Larraburu siguió siendo secretario de Abal hasta el último día en que este fue senador, a fines del 2017, y luego se lo "prestó" a Omar Perotti, senador peronista que, dicen, montó en furia cuando se enteró que un asistente que había aceptado casi como un gesto de buena voluntad quedaba salpicado en este escándalo. Los hechos hablan: la relación entre Abal Medina y su ex asesor era de extrema confianza, y por eso lo acompañó durante casi todo su paso como hombre público.
Larraburu, que fue secretario privado del hijo de Fernando, el secretario privado de Perón, complicó su situación cuando le encontraron en su domicilio tres pen drives, marca Kingston, donde se detallaba la recaudación para la campaña del 2013, y donde aparecen mencionados “JdV”, Baratta, Juan Carlos Mazzón y Abal Medina como los encargados del dinero. En el primer pen drive, de color negro y ocho gigas de memoria, había una carpeta llamada "Campaña 2013", que contenía las subcarpetas "Historial de Recibos y Salidas" y "Resumen y conclusión". En esta última figuraban los archivos de Excel "Consolidado Informe CFK", "Escrito Explicativo" y "Stock Restante". En la primera subcarpeta estaban los archivos "Campaña 2013", "Libro JDV", y "LibroPC". En el segundo pendrive, color rojo y plateado, también de ocho gigas de memoria, había ocho archivos. En el último, color azul con la inscripción de la agencia estatal Télam, había cuatro carpetas y seis archivos, entre los que destacaba uno llamado "SUB Larraburu H Gonnet".
Larraburu dice desconocer los orígenes de los aportes, e incluso si no eran voluntarios, aunque aceptó que “colaboró recibiendo los fondos en algunas ocasiones”. “No puedo precisar los montos ya que los recibí en bultos cerrados”, aseguró ante la Justicia, aunque no quiso declarar como arrepentido. Lo asesora, y logró sacarlo de prisión- por el momento- su abogado Alberto Mac Mullen, famoso en los noventa por defender al ex presidente de Fabricaciones Militares, Luis Sarlenga, en la causa por el tráfico de armas a Croacia y Ecuador. A pesar de que en un primer momento el entorno de Larraburu masticaba bronca contra Abal Medina, luego de que este declarara a favor de la inocencia de su ex secretario –y luego de que lo excarcelaran el viernes 17– esa sensación bajó. En algo coinciden: ambos dicen estar “bajoneados”.
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