La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, participó del ciclo de entrevistas de la Escuela de Comunicación, donde se refirió a los dichos de Alfredo Casero que puso en duda el accionar de la institución. “Siento pena por esa persona”, aseguró. El actor había cuestionado a la asociación, cuando había puesto en duda en una entrevista televisiva la veracidad de la identidad de los nietos recuperados: "Quiero saber toda la verdad, ¿estás seguro que el último señor es un nieto recuperado? Quiero estar seguro de todos los nietos, no hablan como si estuvieran a cargo de un organismo de Derechos Humanos", le había dicho Casero al periodista Alejandro Fantino, que luego se arrepintió públicamente.
-¿Cómo le cayeron las declaraciones de Casero?
-En principio causa como un cimbronazo de dolor y de fastidio. Después, en lo personal, siento pena por esa persona, que realmente dijo tonterías: querido leé, hay libros, todo está escrito por grandes escritores. Decir que quiere saber... bueno, una vez, un tiempo atrás, lo invitamos a Abuelas para que venga, porque también había tenido un exabrupto. Que venga a la casa de las Abuelas, que vea como trabajamos, conozca, se saque las dudas. Pero no vino y ahora, nada, lo dejo que siga con… creo que se disculpó, pero ya eso corrió, lo dijo burlonamente, y además después salió con el tema del flan. Pero Casero no es un enemigo, es un muchacho que dijo disparates, ahora, otra cosa es cuando lo dice alguien que no lo dice como un disparate sino que lo dice con una intención, y tenemos un Presidente que cuando hizo campaña nos ofendió, y eso sí duele y es más grave. No tiene una explicación lo que dijo de que los derechos humanos eran un curro: la palabra curro es una palabra muy desagradable, curro es el tramposo, el engañador, y nosotros de eso no tenemos nada. Cuando encontramos un nieto, es el nieto, tenemos todo para demostrarlo. A este muchacho lo eximo de su tontería, pero no a un Presidente que es el Presidente de todos los argentinos. Cuando le pedimos una audiencia -como hemos hecho con todos los mandatarios desde el ’83, y que nos han recibido todos-, nos dijo que no tenía tiempo para recibirnos, y que teníamos que hablar con la Secretaría de Derechos Humanos. Luego nos recibió, tardíamente y por conveniencia, y luego nunca más, nunca, y nunca escuchámos que diga “qué bien, encontraron a otro nieto”.
Facundo Herrera - Gisela Araujo - Facundo Pandolfi - Patricio Ceballos
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