Las máximas autoridades de la Universidad de Buenos Aires, de la que depende el Colegio Nacional Buenos Aires, intervinieron de forma directa en el conflicto que atraviesa la institución. Desde el rectorado, ni bien tomaron conocimiento de las denuncias de las ex alumnas, decidieron no dejar librado a que el asunto se resuelva internamente. “A partir de la pésima experiencia que hubo con el caso de abuso en el 2017, se decidió que la UBA debería interceder. En general, cada facultad o colegio soluciona sus propios conflictos, pero ese antecedente hizo que se actuara de otra forma”, aseguraron fuentes de la comunidad educativa.
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Por este motivo, el rector del Colegio, Gustavo Zorzoli, no hizo declaraciones y apenas se limitó a enviar un mail informativo acerca del traslado de los profesores acusados a otras sedes de la UBA a efectos de “facilitar las investigaciones en curso”. Desde la UBA contaron que la orden a Zorzoli fue que no hable con la prensa.
Al asumir la competencia de investigar lo sucedido (al menos hasta que no haya denuncia judicial, si es que la hay), la UBA se comprometió a aplicar su protocolo contra la violencia de género. A fin de cumplir con “los principios rectores de reserva y privacidad”, desde el rectorado anunciaron que no se efectuarán declaraciones.
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