Para acompañar los festejos por el 40º aniversario de la revolución iraní de 1979 (que acabó con la dinastía de los shas de Persia), el régimen que sigue presidiendo el ayatolá Alí Jameneí presentó sus nuevos misiles balísticos: Soumar y Dezful, capaces de alcanzar objetivos a 1.500 y 1.000 kilómetros de distancia respectivamente. Según Teherán, ambos tienen solo fines defensivos y no violarían las resoluciones de la ONU.
Sin embargo Estados Unidos se mostró preocupado. "Debemos imponer sanciones internacionales más duras a Irán", insistió el portavoz del Departamento de Estado de los EEUU, Robert Palladino.
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Como contramedida, decidieron adquirir un sistema misiles israelí para proteger sus bases.
“El Iron Dome se experimentará contra una gran variedad de amenazas indirectas de fuego y amenazas aéreas”, dijo el ejército de los EE.UU. en un comunicado. Y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien también sirve como ministro de defensa, calificó a esto de “un gran logro para Israel”.
por Soledad Beato
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