Los inmigrantes no sólo despiertan críticas xenófobas en países ricos por el impacto en el empleo y la vida social. Otros los celebran como aportantes al sistema jubilatorio.
En la Argentina, en 2018 la cantidad de nuevos residentes temporarios y permanentes se elevó a 212.892, la mayor cifra desde 2008. Los venezolanos, que hace cinco años constituían el séptimo grupo en el flujo de inmigrantes (sumaban 1.777), saltaron al tercer puesto en 2017 (31.167) y al primero en 2018 (70.531).
Desde 2008 hasta 2016, los paraguayos constitutían el principal grupos de nuevos residentes, seguidos por bolivianos y peruanos. Pero el anteúltimo año, el flujo de inmigrantes de Venezuela superó al de Perú y en 2018, también a los de Paraguay y Bolivia.
El año pasado, consiguieron la residencia 47.000 paraguayos, 37.000 bolivianos, 17.000 colombianos y 16.000 peruanos. Completaron el top ten los brasileños (8.500), chilenos (3.100), ecuatorianos (3.000), uruguayos (2.700) y chinos (2.300). El mayor grupo de nuevos residentes europeos es el español, con 1.500.
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