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MUNDO | 29-03-2019 17:20

Nueva diplomacia: cómo son los embajadores 2.0

Se sacan fotos con sus seguidores, comparten su día a día y contestan cada tweet para hacer una nueva diplomacia en la red.

Una tarde de lluvia, el embajador británico en Argentina, Mark Kent, decidió tomarse el colectivo para llegar al palacio Madero Unzué. Una selfie que se tomó para registrar el momento terminó siendo viral y fue casi el inicio en Argentina de un movimiento que se extiende por diferentes naciones: una diplomacia abierta y digital que interactúa constantemente con los habitantes de un país. Los embajadores ahora son estrellas en Twitter, se sacan fotos con sus seguidores, comparten lo que hacen, y hasta hablan entre ellos para invitarse un trago.

“Hoy estamos en un mundo donde la tecnología ha tomado un espacio importante. Somos varios los embajadores que pensamos que tenemos que acompañar ese movimiento y utilizar esos recursos para crear empatía con la gente. Nuestro papel es el de acercar nuestros pueblos y tenemos instrumentos para hacerlo”, dice Pierre Guignard, embajador de Francia en Argentina.

Guinard es uno de los diplomáticos más activos en la red social en el país. Junto con el británico Mark Kent, el japonés Noriteru Fukushima y la mexicana Mabel Gómez Oliver, fueron los pioneros de este modelo de democracia en Argentina.

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“La principal regla de la diplomacia es el engagement. Para destacarse en un entorno dinámico y competitivo, uno debe ser visto como auténtico y capaz de conectarse con el público digital. El engagement les da autoridad social frente a otros diplomáticos, periodistas locales, responsables políticos e influencers. La autoridad social es importante ya que le permite realizar mejor sus actividades fuera de internet”, explica Corneliu Bjola, profesor de Estudios Diplomáticos especializado en diplomacia digital.

En lo que a engagement se refiere, Kent es el que mejor ha entendido el concepto. El embajador británico ha sido definido por sus colegas como una “verdadera estrella de rock” de twitter. De los diplomáticos en Argentina activos en esa red social, es el que tiene la mayor cantidad de seguidores (más de 46 mil) y es el más descontracturado: en los eventos de la embajada británica se ha dejado fotografiar con una varita y una bufanda de Gryffindor (de la saga de su compatriota J.K. Rowling), comparte fotos en las canchas de varios equipos y se toma el tiempo de contestar los mensajes de la mayor cantidad posible de seguidores que le escriben.

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“Argentina es una sociedad en donde a la gente le gusta intercambiar ideas, expresar su opinión y son muy directos. Podemos llegar muy fácilmente con los argentinos. No me imaginé ni soñando que iba a tener un club de fans. Son muy simpáticos y vienen a verme a los eventos a los que voy”, cuenta Mark Kent.

Argentina conectada.“Como aquí todo el mundo está tan conectado y visitan estas plataformas digitales de manera permanente, hay un entusiasmo especial. No digo que sea solo de este país, pero sí veo que aquí hay una pasión por estar conectados, comunicándose y estableciendo diálogos a través de las plataformas digitales”, opina Mabel Gómez Oliver, embajadora de México en el país.

Una curiosidad de Argentina es la aceptación del público: no se trata solo de estar constantemente contestando y entablando conversaciones con los embajadores. En twitter, algunos diplomáticos cuentan con su propio club de fan. Kent, Gómez Oliver, Fukushima, Guignard y el italiano Giuseppe Manzo son algunos de ellos. En esas cuentas, sus fanáticos se encargan de replicar los contenidos que comparten las embajadas y los embajadores, informar de actividades que organizan e interpelar constantemente a sus ídolos sobre diversas cuestiones.

“Acá la gente está reaccionando, le gusta contactarse con la diplomacia. Eso es bueno porque la gente no suele entender qué es o qué hacen los embajadores. Pero con esto mucha gente puede saber, preguntar, ver en vivo”, opina Noriteru Fukushima, embajador de Japón en Argentina.

Para Corneliu Bjola, que en el país el fenómeno haya ganado tanta relevancia no tiene que ver con una falta de volumen de negocios por tratar. “El medio digital requiere una forma de comunicación que premia la informalidad, el engagement y la autenticidad. Esto no significa que los diplomáticos no hablen sobre temas relevantes para el país que representan, pero lo hacen de manera diferente. Es posible que los argentinos que siguen a Kent en Twitter no aprendan detalles sobre políticas específicas, pero puede que se familiaricen con valores que quiera proyectar sobre el Reino Unido”, dice.

Una nueva diplomacia. “Yo creo que la diplomacia tiene que cambiar. Le estoy diciendo a Tokio que todos los embajadores deberían hacer este trabajo porque el medio clásico es unilateral, no se sabe qué reacción tiene un mensaje. En Twitter tenes comentarios prácticamente inmediatos”, opina Fukushima.

Pero eso no significa que se vaya a reemplazar la manera tradicional de hacer diplomacia, eso es algo en lo que están de acuerdo los embajadores. “Hay una parte que siempre necesitará quedarse detrás de puertas cerradas”, dice Guignard.

La tecnología modificó muchos procesos. La velocidad es otra, las problemáticas son nuevas y los actores involucrados e interesados son más. Una diplomacia que integrara todos esos aspectos estaba a la orden del día. Le llegó el turno a las embajadas de sumarse a la ola tecnológica: ahora los lazos con el pueblo se traducen en tweets.

por Melissa Kuris

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