Mónica Katz es médica especializada en nutrición y presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición e insiste con la necesidad de mirar más allá de cada paciente.
Noticias: ¿Por qué piensa que esta tendencia crece?
Mónica Katz: La gente tiene la urgencia de tener un cuerpo flaco y eternamente joven. Hace poco atendí a un paciente que venía de hacer tratamientos sin harinas o de 800 calorías diarias. Era un hombre con estudios universitarios, con un alto nivel de comprensión en algunas áreas pero que seguía sometiéndose a esto. Le comenté que nada extremo funciona y me repreguntó: “¿Pero cuánto voy a bajar?”.
Noticias: ¿Cómo es el contexto social?
Katz: Armamos una idea de belleza con eje en la delgadez. Las modelos son flacas, las más lindas son las más flacas. Y en este clima cultural hay dos cosas: un mercado que funciona a la perfección con profesionales inescrupulosos y un pobre ciudadano, o consumidor, atrapado en esta idea. No importa si tenés buena cara, actitud, si sos divertido o inteligente. Hay muchas teorías sobre por qué pasa esto ahora. En la época de mi abuela, ser gordito era lo mejor. En la de mi mamá empezó la cosa de la anfetamina y la obsesión. Y ahora estamos todos instalados en esto.
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Noticias: ¿En todos los ámbitos?
Katz: Vemos chicos en villas de emergencias embarcados en estas dietas extremas sin harinas o veganas. Antes veías eso en lugares donde hay comida, en la clase media o alta. Esto es muy peligroso porque, como es un aspiracional, ves que se repite donde no sobra para comprar salmón o tofu.
Noticias: Nadie consulta al médico para encarar estas dietas...
Katz: Nadie consulta porque se instaló esto y no hay una oposición. Como presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición lo digo desde un lugar muy incómodo, porque no sabemos cómo oponernos. Yo lo explico desde el fanatismo.
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