Los candidatos que lideran el Frente de Todos decidieron apuntar todos sus dardos electorales a la imagen de Mauricio Macri. Horas antes de la presentación pública de la expresidenta en La Plata con la excusa de su libro, Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández conversaron en privado sobre la estrategia a seguir en los próximos días de campaña, en medio de la delicada situación financiera que alarma a los argentinos.
Para no espantar votantes moderados que en las PASO optaron por la boleta K, Cristina y Alberto acordaron que la candidata a vice no condenaría las medidas de estabilización financiera que intenta el ministro Hernán Lacunza. Ambos tratan de esquivar la etiqueta de incendiarios económicos que le estampa el macrismo.
Pero tampoco desean, ni Alberto ni Cristina, dejarle tomar aire electoral al Presidente, regalándole una tregua que le sirva a Juntos por el Cambio para reorganizarse y lanzar su contraofensiva proselitista. Por eso la expresidenta sacó de la galera la táctica de estigmatizar directamente la persona de Macri, a quien calificó de “mala persona”, en su presentación del sábado. A ella no le cuesta demasiado, a decir verdad, porque su desprecio personal por el Presidente quedó claramente documentado en las páginas que le dedica de su libro “Sinceramente”.
Alberto, por su parte, también trata de muñequear su discurso para que no siga pareciendo un boicoteador de la economía nacional, sin dejar, al mismo tiempo de patearle el tablero al sueño reeleccionista que Macri se resiste a abandonar. Por eso el candidato presidencial K acaba de tuitear desde España que “el modelo económico de Macri generó recesión, pobreza y destrucción de valor en nuestras empresas más emblemáticas”. Con el sombrero “business friendly” puesto, Alberto echa mano a la frase “destrucción de valor” para traducirle al Círculo Rojo la muy callejera consigna que pinta a Macri como un felino traidor. La receta de los Fernández es muy sencilla: cocinar al gato a fuego lento, tratando de no quemar la olla.
*Editor ejecutivo de NOTICIAS.
por Silvio Santamarina*
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