Me tocó el fin de semana pasado ir a Uruguay a cubrir un evento empresario, lo cual resultó una buena oportunidad para comprobar cómo está volviendo la costumbre de los viajes de argentinos a Punta del Este, a Colonia y a Montevideo para esquivar el cepo cambiario.
Es que hay muchos exportadores de servicios profesionales -de la economía del conocimiento- que no quieren cobrar sus honorarios al tipo de cambio oficial y, por otro lado, no quieren liquidar las divisas a los cinco días de haberlas recibido.
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Entonces, ¿qué hacen? Cobran la plata en otro país del mundo, y terminar buscando el efectivo en un cajero automático en Uruguay. Porque si lo sacaran de un cajero en Argentina, quedaría la huella de un dinero indebido. Entonces viajan a Uruguay y allí sacan el dinero. Claro que no les reciben la plata en una cuenta uruguaya, porque ese país ha aceptado formar parte del acuerdo de intercambio de información tributaria que integran 106 países y por lo tanto, hoy en día, la AFIP argentina tiene los datos de los argentinos que tienen cuentas en Uruguay.
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Entonces se busca triangular a través de Uruguay: en el país vecino solo se retira el efectivo, pero formalmente se factura en países que no han firmado ese acuerdo de intercambio tributario en el mundo. ¿Cuáles son esos países? Armenia, Camboya, República Dominicana, Georgia, Guatemala, Kazajstán, Macedonia, Montenegro, Paraguay, Filipinas, Serbia, Ucrania y, nada más y nada menos que, Estados Unidos.
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Si bien hay algún convenio bilateral entre Argentina y Estados Unidos, el acuerdo de información automática no rige, y por eso todavía Estados Unidos sigue siendo un refugio para muchos evasores de impuestos y de controles de cambio.
*Editor de Economía de NOTICIAS.
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