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CIENCIA | 25-10-2019 11:09

La ciencia, en debate permanente

Como nunca antes, actores del sistema científico tecnológico argentino recorren el país con sus propuestas para revivir al sector.

En los últimos tres años, la ciencia y la tecnología en la Argentina se convirtieron en un tema de agenda pública, tal vez, como nunca antes. El efecto se intensificó en estos últimos diez meses, producto primero de las políticas de ajuste sobre el sector y luego a partir de un intenso trabajo de evaluación hacia adentro y hacia afuera, los especialistas en investigación y desarrollo (I+D) se han levantado como actores centrales de conferencias, debates, análisis de equipos técnicos que buscan delinear el futuro del sector. No ya como un sector endogámico, sino como parte de una Política de Estado que confluya en un tridente virtuoso: ciencia, tecnología y desarrollo productivo.

Tan intensa es la actividad que saltó al debate de candidatos presidenciales el domingo 13 de octubre, aún cuando la Ciencia no estaba definida como uno de los ítems centrales de las exposiciones. La mencionaron explícitamente Alberto Fernández y Roberto Lavagna como apuestas en futuros programas de gobierno, con algunas afirmaciones del presidente Mauricio Macri en cuanto a cifras de inversión que no se corresponden con la realidad.

Unos días antes, el jueves 10 de octubre, el Encuentro Permanente de Asociaciones Científicas (EPAC), que congrega a más de 30 organizaciones científicas, organizó una Jornada de Puertas Abiertas para debatir el futuro de la ciencia en el Auditorio de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Participaron, como referentes de las tres fuerzas políticas más fuertes para las próximas elecciones, Jorge Aguado, actual subsecretario de Políticas de Planeamiento en Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y representante de Juntos por el Cambio; Fernando Peirano, economista, ex subsecretario de Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del ex Ministerio de Ciencia y Tecnología (MinCyT) y coordinador de equipos técnicos del Frente de Todos, y Erica Hynes, ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la provincia de Santa Fe, por Consenso Federal.

Crisis en Ciencia

Los mismos actores habían integrado ya un panel de debate que se reunió el lunes 16 de setiembre en el Congreso de la Nación, organizado por la Red Argentina de Periodismo Científico (RAdPC). Algunos de ellos, junto a otros nombres, vienen exponiendo sus ideas en universidades nacionales tanto de Buenos Aires como del interior del país. La ciencia en modo rockstar, con efervescencia propia.

Diagnóstico. El EPAC se formó en el año 20015, y en una carta abierta los candidatos 2019 que dieron a conocer, explicitan que el espacio “es políticamente plural, como cabe esperar para un colectivo constituido por más de 10.000 personas. La diversidad de ideas en nuestros integrantes no impide que todos coincidamos en la necesidad de construir un país que se apoye en la ciencia y la tecnología”.

En el documento de trabajo dado a conocer por el colectivo de científicas y científicos se resume, de algún modo, la mirada mayoritaria que hay actualmente sobre el rol de la CyT en el futuro del país. “Un sistema de ciencia y tecnología propio y robusto es un pilar fundamental para los países que apuestan al desarrollo. La inversión a largo plazo en ciencia y tecnología es crucial para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Argentina, al posibilitar la configuración de un tejido productivo más dinámico y capaz de generar empleos”.

En 2016, la inversión total en Ciencia y Tecnología representó el 0,56% del PBI. Esta cifra resulta entre cuatro y cinco veces menos a la exhibida por países desarrollados como Estados Unidos (2,73%), Alemania (2,92%) y Francia (2,27%), y se ubica muy por debajo de la inversión asignada en Brasil (1,34%). Los problemas a resolver tienen que ver, dicen los expertos, no sólo con cómo aumentar el presupuesto destinado a Ciencia y Tecnología, sino también con cómo articular mejor al sector científico tecnológico con la empresa y con la administración pública, en los ámbitos provinciales y municipales de todo el país.

Articular. En ese sentido, Erica Hynes destacó la importancia de poner al sistema de ciencia y tecnología dentro de “un proyecto de país”. Y puntualizó: “Para un país que se quiere desarrollar el panorama es uno, pero para una nación que pone su foco en lo financiero o en la explotación de sus recursos naturales las políticas científicas serán otras”.

Para la santafecina, la última iniciativa política tendiente a insertar a la ciencia argentina en su entorno social y productivo se dio en la década del ’90 con la creación de la Agencia Nacional de Promoción Científica, que tendió entre otras cosas a diversificar las fuentes de financiamiento.

Hynes –que propuso la sanción de una ley nacional para la articulación del sistema de ciencia y tecnología– señaló que “a partir de la gestión Cambiemos hubo una reducción y una subejecución extremos de los presupuestos, al punto de llevar al sistema al límite”. Además, reconoció, que “no alcanza con las becas y las carreras de investigador” para integrar al sector con la economía, sino que es necesaria “una perspectiva estratégica”.

Hynes pidió por una concertación entre diversos sectores, con un fuerte acento en la necesidad de que Economía esté fuertemente conectada con la Tecnología, y buscar aquellos núcleos en los que haya una masa crítica para hacer innovación, generando temas tecnológicos estratégicos. Y reclamó por fortalecer un enfoque de género, no solo vinculado a que haya más mujeres en ciencia, sino tmbién en las hipótesis y en cómo se hace investigación en el país.

Para Fernando Peirano, los últimos cuatro años dejaron como saldo “una crisis en tres niveles” en la ciencia y la tecnología: además de la crisis presupuestaria, señaló una crisis institucional (“no se dio participación a los órganos colegiados” en los cambios que se implementaron”) y además “una crisis simbólica”, en la que hubo hasta “trolls contra la comunidad científica” y un intento de imponer “la idea de que el pensamiento crítico es un obstáculo”. Incluso la degradación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Inversión Productiva al actual rango de Secretaría, según su visión, “fue un mensaje a los organismos financieros” en detrimento del resto de la sociedad.

Además de las recuperaciones del presupuesto y del rango de Ministerio, el actual coordinador de equipos técnicos del Frente de Todos destacó la necesidad de “ampliar el menú de opciones para el desarrollo y la transparencia del sistema”, implementado una “política orientada a objetivos” como las que llevan adelante algunos países de la Unión Europea, y la creación y articulación de un sistema tecnológico nacional integrado a un proceso de desarrollo social y económico.

Ciencia

Producir. Como “el presupuesto del MinCyT no se va a triplicar en un año”, la idea es que cada ministerio tenga sus propios proyectos de I+D, con el MinCyT en un rol de garante y articulador. Peirano agregó la importancia de generar “diez INVAP” en sectores como salud, energías renovables, producción pública de medicamentos o medio ambiente.

A través de un sector de ciencia y técnica articulado con sentido estratégico, explicó, el Estado puede pasar de su necesario rol de “bombero que apaga incendios” al de un “Estado arquitecto”, capaz de atender a 10.000 pymes por año para asesorarlas en innovación: “La ciencia argentina no sólo puede producir papers y recursos humanos, sino que puede proveernos un modelo de Estado menos verticalista y más matricial”. Con este objetivo, “nos planteamos como objetivo una recuperación presupuestaria, pero también nuevas instituciones y reglas. Los logros tienen que surgir de un sistema que funciona articuladamente”.

Jorge Aguado, que habló en nombre de la gestión actual y de Juntos por el Cambio, aseguró que el presupuesto en ciencia y tecnología está, en relación con el porcentaje del PBI, en línea con lo que invierten los países de la OCDE –que bajó en el último tiempo de 0,7 a 0,59%, añadió–, y que “se habla muy poco de los resultados” producidos hoy por el sistema científico y tecnológico. El actual funcionario afirmó que en los cuatro últimos años se llevó a cabo “una política de inserción inteligente” a nivel internacional, a fin de que más inversores potenciales del sector privado pudieran interesarse por la actividad de los científicos y tecnólogos locales. Se procuró también incrementar la cantidad de empresas argentinas que hacen I+D vinculadas al sistema tecnocientífico, y que actualmente son unas 100 por año, mientras que en países como Francia son alrededor de 16.000 por año, en Estados Unidos cerca de 11.000, y en los países industrializados en general es en promedio de 5.000.

Como propuestas para un eventual próximo gobierno, el funcionario habló de la continuidad del Programa Argentina Innovadora 2030, recientemente lanzado, y de la creación de una Agencia Nacional de Vinculación Tecnológica y un nuevo sistema de administración de la propiedad intelectual, “para promover la inversión privada” en el sistema público.

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Andrea Gentil

Andrea Gentil

Editora de Ciencia, Medicina y Tecnología. Coordinadora carrera de Comunicación Digital, UNaB.

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