★★★1/2 Un perro que vive contento –vemos qué hacen las mascotas cuando no estamos– recibe un compañero un poco rudo, en un paseo se pierden y, con otras mascotas abandonadas y gracias a un conejo loco, entran a un plan desquiciado. Es de esos films inofensivos que acarician y se dejan acariciar a fuerza de chistes. Pero a pesar de los momentos dramáticos indispensables para que la historia avance, no va a producir ningún escozor especial, ninguna duda existencial, ninguna idea profunda. Lo bueno es que hay muchos gags y muchos funcionan bien: se nota que detrás de esta película están los realizadores de “Minions”. Lo malo es que vamos a tener que escucharla con voces latinoamericanas que hacen que mucho de ese humor se pierda. De todos modos, la conjunción de simpatía y dinamismo hace que el film funcione y no sea un dolor de cabeza para papis con nenes de vacaciones.
por Leonardo D’Espósito
Comentarios