**** Un escritor de novelas de misterio muere. Parece un suicidio, puede ser un asesinato, la única que sabe la verdad es su joven amiga que, si miente, vomita, y hay un detective rarísimo que trata de averiguar quién de los múltiples sospechosos hizo lo que quizás se hizo. Sátira del policial de “asesino en el último acto”, pero también caja de sorpresas inteligente y narrada con un estilo infrecuente, la película del ingenioso (a veces inteligente) Rian Johnson lo devuelve a la tierra de las promesas, después de su desquiciada e incomprensible incursión en la saga “Star Wars” con el “Episodio VIII”. En ningún momento Johnson pierde de vista que hay un misterio, pero no deja de aprovechar cada momento donde puede incluir humor y mezclarlo con el suspenso. Todo depende de la perfecta actuación de Ana de Armas, clave de la trama y de la puesta en escena.
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